El texto que se presenta a continuación fue escrito por la joven autora Mireya Sánchez Lo, cuya poética se deslinda de lo preestablecido y explora imaginarios relativos a la identidad, el ser y las dimensiones del amor.
Vitrina
Olas pálidas vienen a morir a los pies de este espejo.
Cada día se repite:
la misma mujer
idéntica a mí pero no soy ella
observándome
sin atravesar el umbral
y no cabe en mis pupilas su inmensidad de perfección.
Me apunta con el dedo índice tratando de alcanzar mi rostro
y esos cabellos recostados en la espuma de sus hombros
acarician todo lo que es libre.
Detrás de su cuerpo de espiga transparente se asoma un paisaje líquido;
las nubes escurriéndose sobre manantiales de árboles,
gaviotas desnudando su sombra tibia
y hojas que navegan en un otoño vertical.
¿Seré el reflejo derrotado, de carne y lágrimas, turbulencia y miedo
para aquella diosa de agua?
Aúlla en mi cabeza la confusión,
le suplico a la mujer que me rescate con su mano
de esta inmundicia que corroe
mientras mis dedos picotean la pared invisible;
de su sonrisa amanece un sonido de arpa,
no escucha ni entiende las heridas de mi voz.
Llevo años afirmando que ella no existe,
ahora sé que soy la imagen humillada de alguien:
existo en la vitrina de una mujer luminosa
y ella me observa con frivolidad
como a su apéndice que vive en jaula de formol.
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Las imágenes que acompañan al texto pertenecen a Elvira Leone.
Puedes apreciar más de su trabajo fotográfico aquí.
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Si hay noches en las que te sientas sola, decepcionada y herida, estos son los poemas que reconfortarán tu corazón hasta calmarlo.