La pareja se ha ido y ahora tiene el prefijo ex antes del título que solía llevar. Los consuelos para la partida de alguien importante frecuentan la auto-sanación. Para bien o para mal, cerrar ciclos requiere tener total atención en uno mismo. Hay quienes confían en la autoayuda, quienes confían en el proverbio de un clavo sacando a otro, quienes se aíslan y quienes se refugian en amistades y familia. De todas las maneras de lidiar con el abandono, la mas interesante es ser aconsejado y que mejor que por algunos de los filósofos más reconocidos.
El hombre nacido en Danzig es una novela en primera persona del escritor mexicano —más bien: chilango— Guillermo Fadanelli. La historia nos cuenta que la esposa del protagonista, Elisa Miller, lo ha abandonado. Para él, esa mujer representaba su vida entera; no tiene amigos y lo único cercano a una pasión para él es el basquetbol. Se aprecia en el personaje los escombros de sus ideas, de lo que creía saber y de su mundo; su pareja se fue y no dejó más que catástrofe tras su huida. “Las mujeres se van aunque se queden, lo sé, pero ésta se fue doblemente, se marchó y se marchó” (Fadanelli, 2014, p. 31).
Devastado, el narrador confía en Riquelme, un detective privado, para que le entregue un reporte detallado: “Los hombres necesitamos un reporte que nos confirme la pirujería” (Fadanelli, 2014, p. 23). Es tanta la incomodidad mental que agobia al protagonista que, irremediablemente, comienza a desconfiar de sus conocidos e incluso del detective que contrató. No pasará mucho para que su paranoia lo haga confiar en los seres más desequilibrados del mundo: los filósofos. El desafortunado personaje principal recurre a pláticas metafísicas con cinco de los intelectuales más destacados de la historia: Séneca, Weininger, Montaigne, Rousseau y el hombre que da titulo a la novela: Schopenhauer. La libertad, los celos y las mujeres son temas que se abordan de la manera más mundana posible, a pesar de que las charlas ocurren en el universo de la imaginación.
Para algunos, el libro podría parecer recalcitrante y misógino en el sentido de que está narrada por un hombre. Presa de la ira y de una visible normatividad patriarcal, el protagonista tiene arranques de violencia verbal que a su percepción podrían parecer justificados. Sin embargo, la intención del autor se vislumbra más a satirizar la culpa y los celos en las dinámicas de las relaciones de pareja. También encontramos múltiples referencias al basquetbol, pues significó, antes de Elisa Miller, el mundo para el protagonista. Incluso podemos leer una charla en tono de amigos con el famoso jugador Earvin “Magic” Johnson. Se hacen comparaciones entre el deporte competitivo y el amor; uno y otro tienen cosas en común, pero la que más se resalta es que conforme se envejece uno deja de servir en ambos.
La decadencia de un hombre abandonado es lo que se entrevé en las páginas de El hombre nacido en Danzig, sin embargo, el libro va más allá y descubre la opinión de importantes filósofos en temas terrenales. No es sorpresa que todos los pensadores a los que acude el protagonista aparenten misoginia. No obstante, si se deja de lado esa parte, encontraremos en sus reflexiones una verdadera guía de acción en el amor; no necesariamente con lo que dicen, de hecho, quizá debamos hacer todo lo contrario.
Si a alguien lo abandonase su pareja, antes de contratar a un detective privado para confirmar lo que ya se sabe, tendría que aventurarse a una introspección no al estilo de la psicología, sino de la filosofía. Eso encontramos en El hombre nacido en Danzig, un relato de supervivencia a pesar de la soledad, una introversión metafísica y una tregua entre los complicados sistemas filosóficos y los problemas mundanos.
**
El texto anterior fue escrito por Rodolfo Munguía.
**
Si estás listo para emprender el camino hacia los hábitos de lectura, puedes iniciar con esta lista de 15 libros que puedes leer en menos de un mes. Además, en este artículo te decimos por qué leer es la mejor forma de rebelarse.