El amor nos vuelve livianos, pues cuando tenemos el soporte del otro, el caos interior desaparece:
Me llevas volando muy alto, pero no tengo miedo de caer, sé que tus alas siempre estarán fuertes porque yo soy su viento.
Una melancolía fuerte cuando no estás, es algo extraño de mirar, no puedo verme sin tus ojos.
Obtienes lo que quieres, eres todo lo que quiero, y te tengo.
El otro día te soñé lejos, y te volvías el sueño de alguien más, no desearía despertar sin ti. Sería mi pesadilla. Eres el otro sueño lleno de vida, el sueño perfecto, un sueño de invierno. Eres el sueño pasado porque ahora te tengo.
Miremos hacia distintas direcciones, elige tu favorita, yo lo haré, sé que iremos hacia ese destino tomados de la mano, sé que es un amor verdadero, no hay temores, sólo sueños.
Sé el viento que sopla mi cara, sé el viento que mueve el mar: yo estaré disfrutando.
Me llevas hacia lugares desconocidos, muy desiertos, pero llegamos y se llenan de vida. Tócame en lugares nunca antes pensados, verás que emanan todos mis sueños, los más pesados, los más olvidados.
Sé quien quieras ser, seguiré enamorado, ve a donde quieras ir, seguiré a tu lado.
Cuando estás cerca todo es más frío, nunca he sido fan del calor, todo empieza a sentirse restaurado. Eres la potencia que le da fulgor a mis días. Una melodía triste, que llena de alegría todos los rincones donde eres escuchada.
Eres el otro sueño, del que nunca quiero despertar.
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El siguiente poema también se lo puedes leer a tu pareja como una declaración de intenciones: “Quiero verte y tocarte hasta que te sepa de memoria”.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Paig Margulies.