El poeta peruano Xavier Abril (1905-1990) sabe que en cada gran acto de la naturaleza se esconde la sensualidad de lo humano. A continuación, te presentamos tres poemas suyos que lo demuestran.
TONO ÚLTIMO DEL ALBA
A una sola línea del sueño, del color que es su vida. El mundo de
mis manos se vuelve sutil en su cuello. Luego, se pierde el mundo.
Esto ya es el gozo, la media luna, el canto de primavera. De sus axi-
las veo emerger la estación, el verano.
Adormecida en el alba entre dos rayos.
EXALTACIÓN DE LAS MATERIAS ELEMENTALES
(En desnudez intacta,
escalofrío, desmayo y sueño.
Debajo de sus senos nace un río
que olvida los temblores de su cuerpo).
¿Te quieres dar a mí hasta palidecer
desmayada en la noche?
¿Y que tu cabellera encienda
los trópicos íntimos del amor?
¿Sentir la claridad del alba
anegada en tus senos?
¿Hundirte en mí,
en la temeraria orfandad de la sangre?
Yo sueño verte un día
desnuda de tallos y de aurora,
señalando la transformación de las esferas,
alta de mediodía, cenital y luminosa,
solitaria, única: ¡eterna rosa!
ESTÉTICA
(Realidad, incierta realidad o sueño.
Mujer siempre dormida en el poema.
Gacela despierta en suave paisaje de nube.
ausente de césped y horizonte
POESÍA ES A CONDICIÓN DE OLVIDO).
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