“Imaginé que volverías como dijiste. Pero crecí y olvidé tu nombre”. Sylvia Plath escribe así las últimas líneas de “Canción de amor de una joven loca”. ¿Cuántas veces nos hemos quedado sin decirle a la persona que amamos qué es lo nos quema por dentro? ¿Por qué pocas veces nos atrevemos a soltar las palabras que nacen del palpitar apresurado con el que besamos? ¿Quién nos enseñó que hay que callar al corazón para dejar hablar a la razón?
Ningún amante sincero quisiera despertar un día para descubrir que ha olvidado cómo amar. Las palabras se quedan en el aire y nunca se convierten en pasado ni futuro. Todas deben ser dichas hoy, una frase de amor no se deja para mañana, pues lo que ésta nos haga recordar o sentir jamás volverá a ser igual. Imaginar que alguien será la mitad que siempre soñamos es realmente fácil, pero crecer y descubrir que los años nos alejan del gran amor de nuestras vidas es la más doloroso.
Leer, llorar sobre las páginas, sonreír al final de varias líneas y suspirar después de un punto es algo que debe compartirse. Dedicar la frase ideal a la persona que vuelve torpe nuestro pensamiento, pero que también nos inspira todos los días es un regalo invaluable. En frases cortas se guardan las noches más eróticas de las que fueron testigo nuestras pieles y en las letras de un fragmento se encuentran las raíces de la complicidad que nos une como un sólo sentimiento.
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“Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor”.
Gustavo Adolfo Bécquer
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“Me gusta cuando mi cuerpo está junto al tuyo. Es algo tan nuevo”.
Edward Estlin Cummings
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“Un beso es el dulce idioma con que hablan dos corazones“.
Federico Barreto
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“No temo al destino porque tú eres mi destino”.
Edward Estlin Cummings
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“Llora en silencio mi alma solitaria, excepto cuando está mi corazón unido al tuyo en celestial alianza“.
Lord Byron
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“En ti creció mi corazón. En ti mi angustia se hizo”.
Jaime Sabines
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“El primer amor que entra al corazón es el último que sale de la memoria”.
Petit Seron
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“Hoja que apenas se mueve ya se siente desprendida: voy a seguirte queriendo todo el día”.
Jaime Sabines
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“Bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo”.
Sor Juana Inés de la Cruz
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“Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que vas a quererme sin respuestas”.
Mario Benedetti
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“Soy contigo el ocaso más vasto de mi cielo y en él despunta mi alma como una estrella fría”.
Pablo Neruda–
“Y sé que no era cierta la dulzura, que nunca amanecía cuando yo no te amaba todavía”.
Maria Elena Walsh
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“No viviré si no es para buscarte y cruzaré el dolor para adorarte”.
Silvino Ocampo
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“Quizá te diga un día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte“.
José Ángel Buesa
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“Yo quisiera ser el aire que toda entera te abraza, yo quisiera ser la sangre que corre por tus entrañas”.
Manuel Manchado
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“Mi amor se nutre de tu amor, amada y mientras vivas estará en tus brazos sin salir de los míos”.
Pablo Neruda
Toma una hoja de papel y con las frases en las que se reflejen tus sentimientos construye el rompecabezas de tu propia historia. Toma una pluma y llena de tinta el recuerdo que los unirá para siempre, dobla el papel y séllalo con la ternura con la que se ven. Elige un sobre y antes de guardar tu mensaje sacude todo el temor que no te dejaba expresarte. Entrégaselo con un beso y lean las frases juntos, compartan ese momento de sinceridad y dejen que su complicidad se vuelva eterna a partir de las rimas que lean al unísono.