Seguramente has escuchado acerca de El Principito, una bella e inocente historia que cuenta con no más de 100 páginas y es considerada como una obra universal, traducida a 160 lenguas y con uno de los mayores éxitos de ventas de todos los tiempos. En apariencia, el libro es un cuento infantil, pero en realidad es un texto que invita a la reflexión sobre temas como la amistad, el amor y la esencia de la vida. De hecho, la ciencia explica estas lecciones profundas.
De Saint-Éxupéry no sólo escribió esta historia, sino la ilustró con acuarelas que aparecen en la mayoría de las ediciones del libro, y que indudablemente proporcionan aún más grandeza a la obra literaria. Los lectores, a medida que siguen la historia, se adentran en un mundo lleno de metáforas y descubren que una rosa egocéntrica puede tener un gran corazón, las estrellas pueden ser motivo para sonreír o cómo un zorro transmite un mensaje muy claro: lo esencial es invisible a los ojos.
Foto en portada: El Principito, Onyx Films, Orange Studio, On Entertainment
La mayoría de las personas que lo han leído encuentran un mensaje aún más profundo, ya que este libro realiza una crítica al hombre y a la civilización moderna que conducen a la pérdida de los valores más esenciales del ser humano. El autor defiende la sabiduría de los niños como algo que sirve para guiarse en la vida adulta, aunque irremediablemente se pierde con la edad. Probablemente los pequeños al leer disfrutarán más de las ilustraciones del libro, pero también captarán la importancia de observar las cosas con el corazón.
Foto: El Principito, Onyx Films, Orange Studio, On Entertainment
El Principito es un personaje que se pregunta por qué las cosas son así, desde su mente no contaminada por la sociedad moderna, porque es pura e infantil, así como es capaz de discernir lo que es correcto y lo que no. A continuación te presentamos algunas de las mejores frases de El Principito que invitan a interrogarnos constantemente sobre las cosas más esenciales de la vida.
“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya”
“El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va”
“Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin”
Foto: El Principito, Onyx Films, Orange Studio, On Entertainment
“Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos”
“Cuando uno está muy triste son agradables las puestas de sol”
“Los hombres ya no tienen tiempo para conocer nada; compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existe ningún comerciante de amigos, los hombres ya no tienen amigos”
Foto: El Principito, Onyx Films, Orange Studio, On Entertainment
“Caminando en línea recta, uno no puede llegar muy lejos”
“Nosotros, que comprendemos la vida, nos burlamos de los números”
“Si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Para mí serás único en el mundo. Para ti, yo seré único en el mundo”
Foto: El Principito, Onyx Films, Orange Studio, On Entertainment
“Lo hermoso del desierto es que en cualquier parte esconde un pozo”
“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante”
“Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio”
Foto: El Principito, Onyx Films, Orange Studio, On Entertainment
“Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”
“¡Bueno! Te admiro —dijo el Principito encogiéndose de hombros—, pero ¿para qué te sirve?”
“Yo —dijo aún— tengo una flor a la que riego todos los días; poseo tres volcanes a los que deshollino todas las semanas, pues también me ocupo del que está extinguido; nunca se sabe lo que puede ocurrir. Es útil, pues, para mis volcanes y para mi flor que yo las posea. Pero tú, tú no eres nada útil para las estrellas…”
Foto: El Principito, Onyx Films, Orange Studio, On Entertainment
“¡Qué planeta más raro! —pensó entonces el Principito—, es seco, puntiagudo y salado. Y los hombres carecen de imaginación; no hacen más que repetir lo que se les dice… En mi tierra tenía una flor: hablaba siempre la primera”