El amor es como una fiebre: nace y muere sin que la voluntad tenga en ello la menor parte. Es una realidad que la literatura nos enseña a querer. Sus historias nos hacen creer que la propia debe ser como en aquellas letras que nos embelesan; es gracias a la literatura que se crean ideales de enamoramiento, y a todos nos gustaría vivir una historia de novela, no importa si es trágica.
De las muchas formas en las que se expresa el desamor, una de las más poderosas, sugerentes y dolorosas es la poesía, porque tiene esas palabras que, como hojas de papel, cortan, y su herida arde quizá más que una herida profunda. Las palabras tienen la magia de golpear con sílabas, callar con acentos y lograr el silencio con puntos que, cuando los creímos finales, resultaron suspensivos.
El desamor lastima y, así como a veces nos resulta casi imposible dejar de leer sobre las rupturas, esa persona que se convierte en lo más difícil de abandonar se transforma de pronto en la dueña de nuestros pensamientos. Pero basta recordar que para poder disfrutar nuevo momentos debemos soltar viejos rencores y que si no existieran las penas, jamás sabíamos qué es el amor. Así que esperamos que, si pasas por un mal momento, este poema te ayude a decirle a esa persona que, quizá, Benedetti tenía razón y que la culpa es de uno cuando no enamora y no de los pretextos ni del tiempo:
Dile
Dile que te sientes como un equilibrista caminando en la cuerda floja.
Que nunca habías sentido una ausencia tan presente.
Dile que se convirtió en uno de esos finales sin comienzo.
Dile que te viste nacer en sus ojos y al mismo tiempo morir a sus pies.
Dile que ya no escribes cartas, pero dile que no es su culpa.
Que sigues corriendo descalza sobre recuerdos rotos, pero tampoco es su culpa.
Dile que tus sueños están jugando a las escondidas, esperando ser encontrados por manos ajenas. Que no sabes si te está hablando la cabeza o el corazón.
Dile que te llenó de paz a mitad de tu peor guerra.
Dile que entiendes que hay promesas que se hacen no siempre para ser cumplidas, sino para no lastimar.
Dile que sabes que viene el invierno pero siempre has florecido en otoño.
Que ya no tiene que refugiar a tus monstruos debajo de su cama, porque tenerlos bajo la tuya ya no da tanto miedo.
Dile que es norte y tú sur.
Que llegaste a confundir sus caminos con los tuyos.
Dile que tienes su nombre tatuado en tus mejores sonrisas y en tus peores atardeceres (si es que existen).
Dile que ahora te toca irte, cuando siempre has sido tú quien se ha quedado.
Y ahora díselo todo sin que te tiemblen las manos.
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Las ilustraciones que acompañan este poema pertenecen a Aykut Aydogdu, puedes conocer más de su obra aquí.
La poesía expone aquello que se genera desde los sentimientos. El poeta es un experto en el lenguaje que plasma con palabras cuestiones tan abstractas como la pasión, el honor o el amor.Muchas veces gozamos el experimentar sentimientos como el amor o el cariño, pero también es innegable que hay momentos en los que los sufrimos. El desamor ha producido arte, y por ende, también poesía como ésta.