Texto escrito por Luisana Escobar
El amor es el protagonista de la mayoría de los grandes clásicos de la literatura, es un sentimiento que nos provoca emociones tanto de alegría como de sufrimiento. En sus diversas formas es el móvil que lleva a los personajes a realizar esas acciones tan espectaculares que trascienden en el tiempo y en las generaciones, las que nos hacen transportarnos a mundos fantásticos, llorar, reír y soñar.
Su concepto es tan amplio que no parece posible que sea representado por una palabra conformada por cuatro letras, en los libros nos encontramos con muchos sucesos ocurridos en el nombre del amor que podríamos abrumarnos; desde jóvenes —que a pesar de ser enemigos naturales— que deciden amarse más allá de la muerte, hasta hombres que son capaces de esperar una vida entera con tal de volver a ver su amada. Pero, ¿qué se necesita para cruzar la delgada línea entre el amor y la obsesión? Dicen que el amor lo puede todo, pero hay que preguntarse, ¿es en realidad el amor o una transformación de este sentimiento lo que nos lleva a actuar de maneras tan diversas?
Uno de los ejemplos más representativos que nos hace plantearnos esta interrogante, se encuentra reflejado en la afamada novela de Johann Wolfgang von Goethe titulada Las Penas del Joven Werther, se trata de un relato trágico de amor; Werther decide dejar su hogar por ciertos problemas que lo aquejaban, pero mantiene el contacto con uno de sus más queridos amigos mediante cartas, en ellas le cuenta cómo se ha quedado prendado a primera vista de una hermosa joven de nombre Carlota, y al enterarse que está prometida, y luego casada con Albert, no cesa en el empeño de amarla, hasta el punto de quitarse la vida después de que ella lo rechaza.
Otra evidencia de que el amor puede trastornar a una persona al punto de no pensar en otra cosa se halla en El amor en los tiempos de cólera”; esta obra del ganador del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, el protagonista, Florentino Ariza, queda loco y perdidamente enamorado de Fermina Daza con tan sólo mirarla, después de un tiempo de intercambiar misivas deciden comprometerse, cuando el padre de ella se entera se la lleva lejos del pueblo para alejara de su amor, pero esto no es un impedimento para los enamorados, quienes se mantuvieron en contacto a pesar de la distancia.
Aunque ella se da cuenta que todo lo que sentía por Florentino Ariza no era más que una ilusión y decide romper el compromiso, un tiempo después se casa con el doctor Urbino, un hombre distinguido y adinerado; desde ese momento Florentino decide dedicar su vida a convertirse en un hombre digno para su amada, para que cuando el doctor muera ella no pueda rechazarlo. Así pasan los años hasta que ambos se vuelven ancianos, Florentino nunca se casó esperando a Fermina, y cuando murió el doctor Urbino el amor puedo triunfar, aunque en las últimas instancias de la vejez.
Estos dos hombres actuaron movidos por un sentimiento más poderoso que ellos: ¿amor? Puede ser; ¿locura? Quizá. Jacinto Benavente decía que “en asuntos de amor, los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca”.
Pero todo depende de la manera en que se perciba, lo cierto es que nadie puede predecir cuál será su comportamiento a la hora de amar, así que, ¿quiénes somos nosotros para juzgar? Para los más románticos estos hombres son héroes desafortunados y para los más pragmáticos no son más que locos obsesivos. Al final, el amor es una de las emociones más difíciles de comprender; Paulo Coelho lo expone muy bien en su obra El Zahir al mencionar lo siguiente:
“El amor es una fuerza no domesticable. Cuando lo controlamos, nos destruye. Cuando intentamos encerrarla, nos vuelve sus esclavos. Cuando intentamos entenderla, nos deja con una sensación de desorientación y confusión”.
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Amar en demasía no es malo, sólo es la forma en la que éste nos puede llagar a obsesionar o volvernos loco; pero esperemos que este no sea tu caso, así que te compartimos estos 10 poemas de Pablo Neruda que dan directo al corazón.
