El poema que se presenta a continuación, escrito por la joven autora Fátima Virgen Galicia, explora la reconciliación como un acto de autocompasión. Disfrútalo.
Hoy hice las paces con alguien
Hoy hice las paces con alguien, hoy hablé frente a frente y hablé fuerte. Hoy compartí mesa con alguien que ya desde hace mucho sentí indefensa, con alguien que reír le cuesta.
Hoy tomé de la mano a alguien con todas mis fuerzas y prometí que jamás volveríamos a esta escena. Platiqué con alguien de mal de amores, de sueños, de temores; de amigos, de familia, de relaciones; de caídas, de viajes, de salidas
reímos
y casi llorábamos con las historias que creíamos haber olvidado.
Hoy decidí volver a ver a alguien, que parecía que algunos días olvidaba valorarse,
prometimos que seguiríamos más adelante, le confesé que la conocía más que a nadie y por eso mismo quisimos hacer las paces,
quise citarla en el café de antes, verla sentada sin nadie de acompañante, abrazarla fuerte
y verla feliz,
verla serena, verla sin pena
porque sé que esas cosas son las que ella anhela.
Hoy reconocí desde lejos la mirada más cambiante, la que suele ser la más brillante de todas, hoy le prometí que jamás nadie habría de dudar de ella,
hoy encontré a alguien que creí haber perdido y me sorprendió lo fácil
y bonito
que es volver al nido
lo sencillo que es darse y sentirse brillo
lo valiente que es encontrarse
de frente
consigo.
Hoy vi a alguien, sin máscaras y falsos gritos, hoy la vi de frente,
hoy, hice las paces conmigo.
Y me juré, por un buen rato
seguir el camino.
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Las imágenes que acompañan al texto pertenecen a Ari Seg.
Puedes apreciar más de su trabajo fotográfico aquí.
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