Hay días especiales, momentos compartidos que creemos irrepetibles, cuando nos conectamos con nuestras más profundas y sinceras emociones; días y lugares en los cuales nos reconocemos real y absurdamente felices. Lugares, personas y experiencias que aunque no volvamos a ver, vivir y sentir, permanecerán indisolubles en nuestra memoria y nuestro corazón.
Hoy I
Hoy volví a verla a los ojos.
Me sentí libre.
No tenía miedo.
Miré sus labios mientras guardaba silencio.
Hoy por segunda vez tomé su mano.
Estábamos solas y la sostuve más tiempo.
Hoy contemplé su cuerpo,
Miré sus caderas,
Detallé sus curvas,
Observé su pecho.
Hoy acaricié su cuerpo.
Pasé por sus hombros,
Aparté su cabello,
Bajé por su espalda;
Me enamoré de sus nervios.
Hoy la vi reír.
La vi comer.
La vi cantar.
La vi ser.
Y mientras más la miro más la quiero.
Hoy II
Hoy escuché atenta tus historias y experiencias,
Admirándote en silencio.
Aprendiendo de ti.
Hoy te miré a los ojos sin querer pestañear,
Sin querer detenerme,
Como quien quiere congelar el momento.
Hoy miré tus labios mientras me leías poesía:
Tentadores,
Nerviosos,
Sencillamente hermosos.
Hoy miré tu rostro y necesité acariciarlo.
Sentirlo.
Besarlo.
Hoy caminé a tu lado,
Tomé tu mano,
Sentí tu abrazo.
Nos dijimos te amo…
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No olvidemos decir lo importante que es alguien para nosotros, después podrías ser tarde; aquí te compartimos los Poemas de un loco que terminan siendo más bellos que los de Neruda, los cuales pueden ayudarte a encontrar la manera de hacerlo.
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Las imágenes que acompañan el texto pertenecen a la artista Angie López; conoce más sobre su trabajo en su cuenta de Instagram.