Decirte adiós, decírtelo como si mi corazón hubiera dejado de latir…
Te amo, eres el amor de mi vida.
Nunca había conocido a una persona como tú, me complementas y me haces feliz.
Ya no imagino una vida sin ti, no imagino navidades, cumpleaños o días de San Valentín.
Me encanta compartir todo contigo. Adoro que estemos juntos y no soporto las despedidas.
Cada que oigo un “te amo” saliendo de tus labios se me eriza la piel. Jamás me alejaré de ti.
-Nunca había sentido esto por alguien.
Creo…
Creo que te amo.
¿A dónde se fueron esas palabras?
¿Dónde encalló ese sentimiento infinito?
¿Dónde están esas estrellas que nos prometimos?
Ya estoy harto, ya no lo soporto.
Ojalá no nos hubiéramos conocido.
Siempre me tienes que hacer una escena, estoy cansada de tus dramas.
Quiero descansar de ti, ya no aguanto.
Nunca tienes tiempo para mí, siempre estás ocupado.
Tengo vida, tengo amigos que ya no veo por culpa tuya.
Siempre es culpa mía, te odio.
¿En qué momento pensamos que esto funcionaria?
Ya no soporto a tus papás.
Odio a tus amigos.
Odio las manías con tus uñas.
No aguanto tu alcoholismo.
¿Te podrías peinar alguna vez?
¿Podrías dejar de ver tu celular cuando te hablo?
Ya no te aguanto.
Eres bipolar.
Y tú muy dramática.
Creo…
Creo…
Creo que ya no te amo.
Fue lo último que le dije.
Fue lo último que escuché.
Se desvaneció, se lo llevó el viento y no dejó rastro, sólo un recuerdo.
Tanto nos prometimos, tanto disfrutamos y peleamos. Fueron tantos sentimientos y aventuras que vivimos.
Compartimos sueños e ilusiones, risas y llanto. Compartimos tanto y a la vez tan poco.
Te prometo una cosa: nunca lo olvidaré, nunca olvidaré el camino que trazamos pero nunca caminamos. Nunca olvidaré los nervios de la primera cita ni las presentaciones familiares.
Una mueca de felicidad se me dibuja al recordar lo que vivimos, pero la tristeza ronda mi garganta.
Recordaré los cumpleaños, las desveladas y nuestro propósito de ahora sí hacer ejercicio.
Recordaré nuestros arrebatos de pasión y aquellas ventanas empañada. No olvidaré esos sustos e idas a la farmacia tampoco.
Recordaré todo, lo recordaré y no lo olvidaré, lo prometo.
No será fácil dejar atrás los momentos y experiencias. No será fácil dejarnos y dejar ir.
Hoy te dejo, hoy me hago a un lado y suelto tu mano.
Hoy te doy ese último beso en la frente y me callo el “Te veo en la tarde”.
Hoy ya no te invito a cenar, los boletos del teatro los dejo en el refrigerador.
No te preocupes, puedes quedarte con mi chamarra, al fin y al cabo, la usaste más que yo en esas noches frías.
Hoy ya no querré leer las noticias contigo, ya no te esperaré para ir a ver esa película que tanto ansiábamos.
Hoy ya no.
Hoy te digo adiós.
Te amo amor, que te vaya bien en el trabajo.
Y yo te amo a ti, te voy a estar esperando despierta.
Hoy, hoy no me esperes. Hoy me voy.
**
¿A ti también te gustaría meter a todos los chicos que has besado desde el año 1999 en una misma habitación?
**
Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Elliott Dunning.