En el presente, las legiones que adoran la obra del escritor Howard Phillips Lovecraft se cuentan por miles alrededor del mundo y el culto a su alrededor es quizás el más grande que pueda tener un autor de horror. Sí, incluso mayor que el dedicado a otras figuras como Edgar Allan Poe o Stephen King, titanes indiscutibles de lo sobrenatural, extraño y terrorífico. Y es que Lovecraft tuvo la visión de inventar una cosmogonía con su obra que le permitió ir sumando adeptos entre escritores y lectores con el paso de los años tras su fallecimiento.
Los primeros permanecen en deuda con Howard por haber abierto el camino a una temática definida como horror cósmico, de la cual hablaremos más adelante, que no deja de ser explorada y redescubierta no sólo en las letras sino también en el cine, las series (léase la primera temporada de True Detective e incluso la famosa aventura de horror juvenil Stranger Things), los videojuegos, los cómics y hasta en los juegos de rol. Por otro lado, sus lectores no dejan de sentir veneración ante el descubrimiento de un puñado de relatos que el paso de los años los convierte en algo más consistente y, sí, completamente aterradores.
El enigma de Providence
Nacido en el pequeño estado de Providence, Rhode Island, Estados Unidos un 20 de agosto de 1890, H. P. Lovecraft fue un personaje raro y especial desde sus primeros años de vida: aprendió a leer a los tres años y a los seis ya estaba escribiendo sus primeros relatos al tiempo que recitaba poesía. Gracias a la nutrida biblioteca de su abuelo Whipple Van Buren Phillips, Howard se empapó a temprana edad de literatura, siendo la fantástica su preferida.
Proveniente de una familia orgullosa y con delirios de grandeza, Lovecraft creció sobreprotegido, enfermizo y solitario, lo cual llevó a su madre a preferir que el niño fuera educado en casa. Ello estimuló a que nuestro personaje se desarrollara intelectualmente de manera autodidacta. Al llegar a la adolescencia, Lovecraft ya era un erudito no sólo en literatura sino también en historia, astronomía, astrología, ciencias ocultas y arquitectura. Fue columnista de un diario local en el cual escribía acerca de astronomía. Otro dato que pocos conocen sobre Howard es que amaba a los gatos, como lo deja en claro en el siguiente texto:
«Entre perros y gatos, mi grado de preferencia es tan alto que nunca se me ocurriría compararlos. No es que me disgusten positivamente los perros, no más de lo que me disgustan los monos, los seres humanos, los vendedores, las vacas, las ovejas o los pterodáctilos; pero por el gato he sentido siempre un respeto y un afecto especial, desde los días más tempranos de mi infancia. En su gracia sin tacha y en su superior autosuficiencia he visto un símbolo de la belleza perfecta y la suave personificación del universo mismo objetivamente considerado, y en su aire de silencioso misterio reside para mí todo el secreto y la fascinación de lo desconocido».
Cuando se sintió listo H.P. Lovecraft comenzó la confección de una literatura que le haría pasar a la historia y que absorbía elementos de muchas fuentes: su profunda admiración por autores como Edgar Allan Poe, Arthur Machen o Lord Dunsany, el folclor de su Nueva Inglaterra natal, su desprecio por la raza humana, su conocida xenofobia y en general por una mente poblada de pesadillas, ensoñaciones y obsesiones con mundos aterradores que se encontraban lejos de esta realidad. La gran mayoría de sus relatos fueron publicados en revistas pulp como Weird Tales.
Creador de un horror demente proveniente del espacio
Para Lovecraft el hombre era poco más que un desecho, algo insignificante para el poder monstruoso e infinito del universo. Sus relatos extensos, poemas y cuentos nos hablan de una raza de deidades tan antiguas como el tiempo mismo provenientes de fuera de este planeta cuyo único objetivo es sembrar la locura, la muerte y el caos en el universo. Su literatura deja de lado los temas fantasmagóricos de la literatura gótica para internarse en terrenos más pantanosos y desoladores donde abundan los personajes solitarios que de pronto se topan ante horrores desconocidos y superiores a toda fuerza o raciocinio humanos.
A menudo sus relatos abordan temáticas como las dimensiones espaciales, los sueños demenciales, los extraterrestres, las ciudades perdidas en el tiempo, los secretos innombrables, los libros de saberes prohibidos, la demencia, el vacío y la debilidad humana como la base de su esencia. Creó dioses malignos como el fatídico Cthulhu, mucho más antiguo que la propia Tierra, para situar al ser humano como alguien incapaz de ampliar su mente y comprender el terrible vacío del universo que lo rodea. Podemos decir que el horror de Lovecraft se basó en la angustia existencial del humano de no saber qué es ni cuál es su papel en un mundo que no comprende en su totalidad.
Los mitos de Cthulhu: horror, locura y desesperación
Una parte importante de la obra de Lovecraft se enmarca dentro del ciclo de “Los mitos de Cthulhu”, una serie de relatos que tienen como protagonista directo o indirecto al ya mencionado dios, una criatura ancestral que dormita en lo profundo de los mares aguardando el momento exacto para despertar y sembrar la devastación en el mundo. Su aspecto es el de un calamar o pulpo gigante de mirada amenazante, fuerza colosal y alas en su espalda. Sin embargo, esta deidad no es la única perteneciente a los mitos: a su lado se encuentran otros poderosos monstruos de infinita maldad adorados por cultos secretos e invocados a través de libros prohibidos (el más famoso de ellos el Necronomicón) cuyos relatos fueron creados por autores cercanos a Lovecraft.
Lee: El Necronomicón: El libro maldito de los muertos ¿es real?
El ‘Círculo Lovecraft’: artífice de otros horrores
Alrededor del autor que nos ocupa se estableció un círculo de amigos como Clark Ashton Smith, Frank Belknap Long, August Derleth o Robert E. Howard, el padre de Conan, con quienes Howard no sólo compartía el gusto por lo fantástico sino el hábito de escribir historias de terror. Este grupo fue conocido como el Círculo Lovecraft. Todos ellos aportaron su propia visión a los mitos de Cthulhu con relatos donde se hablaba de saberes prohibidos, libros ocultos y criaturas provenientes de allende las estrellas o lugares remotos del fondo del planeta. Dichos elementos dieron forma al horror cósmico, un subgénero del horror inventado por Lovecraft y alimentado por sus colegas.
El editor August Derleth fue el encargado de reunir estos relatos a la muerte de Lovecraft para sintetizar, ordenar y clasificar Los mitos de Cthulhu en los cuales los seres se dividen en jerarquías (Arquetípicos, Primigenios, Menores) y existen libros terribles que traen la locura y muerte a quienes se atreven a investigar los secretos de sus terribles páginas. Estos son los relatos de Lovecraft que se considera pertenecen a Los mitos de Cthulhu:
Conoce más sobre la narrativa de Lovecraft en esta lista de sus obras fundamentales.
Los hijos predilectos de Cthulhu
Lovecraft construyó una obra que definió de manera clara la de otros escritores de miedo y fantasía como Stephen King (quien en su ensayo Danse Macabre dijo que «Lovecraft es el príncipe oscuro y barroco de la historia del horror del siglo XX»), Neil Gaiman, Ramsey Campbell (considerado el enlace entre los primeros discípulos del maestro de Providence con los más modernos), Thomas Ligotti, Brian Lumley, Adam Nevill (cuyo libroThe Ritual muestra muchos rasgos lovecraftianos y fue reconocido con el August Derleth Award en 2012 como mejor novela), los españoles José Carlos Somoza (autor de la novela-homenaje La llave del abismo) y Emilio Bueso (“A veces releo a Lovecraft y me digo que quizás no haya otro autor en el género que se haya temido tanto a sí mismo, o a sus propios escritos”, dice), entre muchos otros que se irán sumando con el paso de los años.
H.P. Lovecraft en el cine
Desafortunadamente la obra de Lovecraft no ha tenido el trato que se merece en el cine, si bien existe un puñado de películas basadas directamente en sus cuentos que le hacen justicia a la obra del escritor. Sin embargo resaltan más aquellas que se inspiran en su mitología y/o filosofía como ejemplo de la repercusión de su obra en otras manifestaciones artísticas. Podemos citar como buen ejemplo de ello a producciones como Alien (1979), The Thing (1982), In the Mouth of Madness (1995), The Window Into Time (2011), Cthulhu (2007), Absentia (2011), AM 1200 (2008), The Burrowers (2008), Event Horizon (1997) o Cloverfield (2008).
Lee: H.P. Lovecraft, de la literatura a las películas de terror
Sin embargo, para adentrarse de manera profunda en la figura del autor la ficción no resulta tan convincente como la realidad: por ello es necesario ver el documental H.P. Lovecraft: Fear of the Unknown (2008) en el cual destacadas figuras del género de horror en el cine y la literatura como Peter Straub, Guillermo del Toro, Neil Gaiman, Ramsey Campbell, John Carpenter, Stuart Gordon, Robert M. Price o S.T. Joshi comentan la enorme influencia que la figura del autor tuvo en sus vidas y en su quehacer como artistas, así como el legado social y artístico que ha dejado a más de 100 años de su muerte.
H.P. Lovecraft: padre de la temible oscuridad que vino del más allá
El soñador de Providence murió el 15 de marzo de 1937 dejando una estela imborrable en el mundo del género fantástico y el horror. «Lovecraft es muy importante en la historia del género de horror” dijo el cineasta mexicano Guillermo del Toro alguna vez, “creó un asombroso universo de viejos dioses y monstruos cósmicos, es increíblemente influyente, y yo sería un cineasta muy diferente si no fuera por él». Su obra llena de horror y desasosiego es a la vez una extraña luz que nos permite asomarnos a ese oscuro precipicio de miedos para conocernos a mayor profundidad. Ni siquiera el paso de los eones nos quitará el amor por la obra de H.P. Lovecraft.
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