Mucho se ha dicho sobre la influencia en la novela de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, sobre todo, literaria. Generalmente ligada con El reino de este mundo de Alejo Carpentier y por su puesto Pedro Páramo de Juan Rulfo. Pero, es momento de hacer una revisión por las producciones cinematográficas que pudieron influir en la obra maestra de Gabo.
Mary Poppins, una de las películas musicales más famosas de todos los tiempos de Disney, fue estrenada en Latinoamérica en 1965. Esta película cuenta la historia de Mary Poppins, una carismática niñera que con su magia y alegría ayuda a una familia disfuncional en Londres a superar las crisis que les aquejaban. Algo que pocos saben es que precisamente en 1955 García Márquez era crítico de cine en el periódico, El Espectador de Bogotá, donde hacía reseñas de las películas nuevas y en el año del estreno de Mary Poppins, comenzó a escribir el manuscrito de Cien años de soledad. ¿Será una coincidencia que tanto Mary Poppins como Cien años de soledad estén fuertemente ligadas por situaciones propias del realismo mágico? Un análisis escrito por Álvaro Santana-Acuña en The New York Times, habla de ello.
Según el autor, Cien años de soledad tiene algunos pasajes que pueden ser no sólo influencias, si no referencias a producciones cinematográficas propias de la época, como la película italiana de 1951, Milagro en Milán, en la cual los fantasmas son personajes de la vida diaria, como ocurre en la casa de la familia Buendía en la novela. Por otro lado, en Los pájaros, de Alfred Hitchcock comparte una emblemática e impactante escena en donde cientos de aves que se estrellan, en el caso de García Márquez, contra las paredes de las casas en Macondo. O las flores que en pantalla se transformaban en mariposas, en Mary Poppins, de la misma manera en que sucede en Cien años de soledad.
Foto: De MemoriaOtro elemento que se pueden relacionar entre la producción cinematográfica de Disney y la novela de García Márquez es principalmente darle un atributo cotidiano a la magia, como elevarse por el cielo sin mayor problema o sorpresa tal cual lo hace la famosa niñera o Remedios, en el caso de García Márquez, un claro ejemplo del realismo mágico. Otra similitud entre estas dos mujeres es su desapego hacia los mortales con respecto a su perfección y lucidez.
Cuando se estrenó Mary Poppins, García Márquez ya no trabajaba como crítico de cine, sino como guionista de cine en la Ciudad de México, específicamente para las producciones dirigidas por Luis Buñuel como Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965). Aunque en noviembre de ese año, 1965, publicó una nota en la revista semanal Siempre!, acerca del éxito taquillero de Mary Poppins. Álvaro Santana-Acuña, contó que a partir de este hecho cambió el proceso creativo de Gabo,
«Para entonces, cuando el filme protagonizado por Julie Andrews abarrotaba los cines mexicanos desde hacía trece semanas, el escritor admitía en una carta de ese mismo mes que después de varios intentos Cien años de soledad estaba ‘saliendo como un chorro, sin problema de palabras’».
Foto: Cinema SinsGabo no solo encontró en Mary Poppins una fuente de inspiración creativa, también encontró un consuelo y fortaleza para conciliar los conceptos de calidad artística con éxito comercial. Tiempo después del lanzamiento de Cien años de Soledad, la novela se convirtió en la segunda obra literaria en español más leída después de El Quijote de la Mancha, a la fecha está traducida en 45 idiomas y ha vendido más de 50 millones de ejemplares.
Esta anécdota cultural es un excelente ejemplo de que los grandes artistas pueden encontrar inspiración en otras disciplinas y experiencias personales, sin causar ninguna sospecha. Además de que el éxito comercial o popularidad no está peleado con la calidad de una obra.
Foto: El Periodico