Cualquiera que sean los motivos: el odio a un autor en específico –por ejemplo, Coelho—, el deterioro del ejemplar y plantear darle un entierro a la antigua, materializarlo como el recuerdo de un desamor o ser un personaje de Fahrenheit 451; ocurre que surgen las ganas de quemar un libro.
Pero para que lo hagas como se debe y no haya errores, te compartimos el siguiente instructivo:
Antes de quemar el libro
Antes que nada, asegúrese de que vaya a quemar el libro correcto, no vaya a ser —Dios y la Antigua Biblioteca de Alejandría no quieran— que se confunda Aleph con El Aleph. Seguido revise el interior del libro en busca de recibos, números telefónicos, separadores, alguna última frase para tweetear o dinero entre sus hojas.
Otra cosa a tomar en cuenta antes de quemar un libro es acondicionar el lugar. Revise que no haya niños o ropa cerca por las emanaciones de humo. Puede preparar un pequeño altar o sólo cavar un agujero. Siempre revise que el clima también sea idóneo: no haya mucho viento, no esté lloviendo, o en caso de ser melancólico sea noche de luna llena. Por ningún motivo vaya a escoger una cama, interior de una casa o un bosque en verano. Una vez hecho eso puede proseguir al siguiente paso.
Como quemar un libro
Una vez tomado y analizado el punto anterior, puede proseguir a quemarlo. Si lo que desea es darle una despedida digna, puede decir unas últimas palabras antes de hacerlo. Para comenzar, puede deshojar el libro, esto para ayudar a las llamas a consumirlo, o bien utilizar un poco de gasolina —UN POCO, de ser contrario puede resultar quemado algo más—, en caso de poseer una combinación de absurdo y exagerado puede utilizar un lanzallamas —sólo en ese caso y saber cómo usar un lanzallamas de manera responsable—.
Una vez que el libro está en llamas, se recomienda no intentar leerlo; en caso de ser de las personas que les gusta olerlos, tampoco se recomienda hacerlo. Mientras el libro se consume puede, según sea el caso, sonreír y ver cómo se quema un ejemplar de El Alquimista —recuerde que el Universo conspiró para ello—; recordar la primera vez que lo leyó y lo que acontecía en ese tiempo —se sugiere utilizar flashback—; en caso de quemarlo porque el libro fue un regalo de alguien que le rompió el corazón se pueden presentar sentimientos encontrados —si el libro es del tipo saga juvenil o autoayuda agradezca que esa persona lo dejó y le aseguro que no lo extrañará—; y si es del último caso recuerde mantener los 451 °F.
Después de quemar un libro
Una vez consumido por completo, recuerde que “donde hubo fuego, cenizas quedan”, así que hay que barrer las cenizas y depositarlas en la basura. De esta manera, se da por terminada la tarea de quemar un libro.
Este sólo es un breve instructivo de cómo quemar un libro, usted puede ingeniarse otras maneras basándose en las partes aquí presentadas, según sean sus necesidades y emociones, tomando siempre las precauciones y teniendo en cuenta que “con fuego no se juega”. Se aclara, además a manera de conclusión, que este instructivo no surte resultado sobre el Necronomicón y otros libros malditos y/o hechizados.
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