Te presentamos un poema de Gamaliel González con el que te sentirás identificado si has encontrado al amor de tu vida:
Y volver siempre
No sé si te acuerdas cuando me encontraste,
cuando comenzamos,
cuando mis gustos se volvieron tuyos,
cuando no dudabas para nada que el fin del mundo no era el fin de nosotros,
de tus interminables encuentros con las estrellas,
de las nebulosas de tu abdomen.
No sé si recuerdas que tus manos me crean y que con mis abrazos te hice mía,
tal vez te parezca estúpido el acto de dormir y escuchar tu respiración,
ese leve silbido de tu asma que me hace infinito en las noches cuando no estás.
Te gustaba hablar de futuros,
de viajes,
de nuestros sueños hechos uno,
de recorrer el mundo,
y luego no
dejaste de soñar de una noche al amanecer,
y después volviste a soñar.
Realmente me confundía todo ese cambio habitable en el humor de un solo gesto tuyo,
hemos peleado tanto que nunca te olvidas que cada que nos pretendemos ir,
nos decimos lo increíbles que resultamos y que si de merecer tenemos,
merecemos el uno al otro para siempre y nada menos de eso,
pero me sueltas la mano sabiendo que fácilmente puedo volver,
que muy pronto me puedes volver a tomar del cuello y apretar.
Y yo sólo pienso en reconciliarnos en esos momentos,
y tú piensas en el odio y el amor y la terrible balanza que te lleva a las cosas bonitas,
y que al final de todo el odio es un afecto que sólo algunas personas se ganan.
Quiero dormir cada uno de mis días a tu lado,
perdernos en el tiempo y olvidar esto de cruzar los dedos
somos el destino y mandamos a la mierda la suerte,
aunque estamos llenos de fortuna por encontrarnos.
Te pienso a todas horas como un recuerdo finito y constante que renace en cada respiro,
y te conviertes en mito,
en leyenda.
Contigo soy dios
y tú eres el único dios verdadero,
que juntos somos
sólo eso,
que separados somos dos,
que juntos somos uno de la suma de dos,
que juntos somos un desastre vuelto paz y funcional que sirve para alegrarnos la vida.
**
Construir una relación con el amor de nuestra vida a veces es complicado, pues somos seres humanos de emociones cambiantes, pero cuando encuentras la estabilidad empiezan a pensar en “El futuro que ambos siempre merecimos”.