Al escuchar una canción o leer un libro no se percibe una idea genuina sino una copia de la copia de la copia. Llevamos produciendo conocimiento desde hace más de dos mil años, que lo que actualmente es “original”, en verdad ya se dijo. ¿Está bien o está mal? La respuesta es ambigua porque sin el acto de duplicar, replicar o imitar, la historia estaría vacía. Además también está el hecho que las personas tienden a olvidar las cosas y entonces el artista tiene el deber de recordárselas de una manera poética para que los saberes se transmitan hacia el futuro, de lo contrario seríamos simples animales inconscientes.
En lugar de decir que el mundo es un frío calca, la editora de cultura Michelle Legro propone que el vasto conocimiento sea representado en lo que ella llama circles of influence, un mapa donde se puede rastrear los orígenes de un autor. Ella propone a unos grandes autores de la literatura como Hemingway, Shakespeare, Lord Byron y Tolstoi y a partir de ahí muestra el camino de otros escritores que transmitieron sus ideas. Esta especie de línea del tiempo dice que Lord Byron influyó a Mary Shelleu, y ella a su vez a H.P. Lovecraft y terminó la línea con Stephen King.
El ejercicio intelectual de Michelle Legro puede aplicarse a cualquier ámbito artístico y traspasar cualquier barrera de género y estilo porque en lo más hondo de la consciencia de los creadores siempre habrá alguien como inspiración. Por eso no es extraño que grandes estrellas de rock tengan como musa a alguna novela.
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Jarvis Cocker
Jarvis conquistó al público con sus jocosos bailes durante los espectáculos de Pulp. Con todo y su consagrado estatus como frontman, también le dedica bastante tiempo a la lectura. Entre sus tomos favoritos se encuentra una autobiografía de Leonard Cohen llamada “The Favourite Game”, así como “Liverpool Explodes” de Mark Cooper. El libro más curioso que recomienda es “Moomin: The Complete Comic” de Tove Jansson. Con aquel título se entiende su dulzura y sus buenos ánimos ante la vida.
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Billy Idol
El cante de rock que alguna vez fue la voz de la generación X, sugiere a sus fans que lean “Neuromante” de William Gibson. La obra de ciencia ficción presenta un mundo en el que la información es la materia prima. Ahí aparece un ciber ladrón que se dedica a hurtar datos. Este libro gustó tanto a Billy que se basó en él para hacer su álbum “Cyberpunk”, aunque más tarde surgiría una pequeña contradicción.
Cuando salió el disco se entendía la influencia de William Gibson sobre Billy, pero cuando la prensa le preguntaba sobre el tema, él se negaba a contestar. Por fin un día obtuvieron una declaración y los periodistas se encontraron que Idol tenía un desconocimiento garrafal sobre el libro. El cantante más tarde dijo que necesitaba leer la obra a detalle porque había absorbido su conocimiento por ósmosis.
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Kurt Cobain
Con la intensa vida que llevó Kurt Cobain no es extraño que su libro favorito estuviera plagado de drogas, sexo y, ¿yoga? La obra “The Dharma Bums” del ácido Jack Kerouac relata la historia de Ray Smith, su álter ego, y Japhy Ryder, personaje inspirado en un poeta y ensayista que introdujo a Jack al budismo.
“The Dharma Bums” trata sobre la dicotomía en lo que se quiere y lo que se debe, dando paso a reflexiones espirituales que convergen en un mundo de jazz y borracheras. Es probable que Cobain encontrara un poco de confort en las palabras de Kerouac, aunque al final tuvo más peso la angustia de vivir.
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Billie Joe Armstrong
El vocalista de Green Day se suma a los fans de “Catcher in the Rye” de J.D. Salinger. El gusto por la polémica novela se refleja en el tema “Who Wrote Holden Caulfield?”, que alude directamente al chico que vivió una aventura para evadir con las responsabilidades de la escuela y la familia. El mismo Billie dijo que al inicio se negó a leer la historia de Salinger, pero después se identificó con aquel marginado existencialista.
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Nick Cave
Nick es una persona ecléctica. Su vida ha cambiado de manera tan drástica que le sería imposible sobrevivir siendo inflexible. Su inspiración viene de la música, el cine y las letras. En el disco “Dig, Lazarus, Dig!!!” hay claras referencias a Wallace Stevens, Charles Bukowski, John Berryman y Ernest Hemingway, dejando claro que percibe la vida como una bestia cruel. Él recomienda “The Sound and the Fury” de William Faulkner, en el que un idiota presenta un sobresaliente diálogo sobre la alineación y la desintegración moral.
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Mick Jagger
Cuando la sociedad tembló al escuchar “Sympathy for the Devil” tacharon a Jagger de impuro y hereje. Las acusaciones podrían ser correctas pero desconocían que sus pensamientos estaban bien argumentado pues en la década de los 60 Mick leyó “The Master and Margarita” de Mikhail Bulgakov, una bomba de ideológica que atacaba al cristianismo y la cultura occidental. En la ficción de Mikhail, el diablo viaja hasta la URSS para apoyar o desajustar al socialismo.
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Robert Smith
La canción “Killing an Arab”, uno de los mejores y más controvertidos éxitos de The Cure, fue relacionado con unos sentimientos racistas hacia los árabes, pero en realidad es la reinterpretación de la novela “The Stranger” de Albert Camus. Cuando Robert Smith lo confesó durante una entrevista los ataques a su persona se detuvieron y todo cobró sentido. El toque agresivo que permea en el tema es parte del estilo gótico de la banda.
En la historia de Camus, un árabe persigue a un grupo de amigos para cobrar venganza por maltratar a su hermana. El protagonista de la obra termina matándolo presa de su desinterés por la vida y su insensibilidad por las personas.
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Muchos artistas se inspiran de un libro para componer una canción o construir la temática de uno de sus discos. En ese momento transportan una idea de un arte a otro. El problema está cuando un músico quieren dar el brinco a la literatura y terminan haciendo un obra poca agraciada como ocurrió con el libro de Morrissey, el cual resultó una bofetada para los lectores.