El Gobierno del Distrito Federal cuenta con un programa de construcción y/o reparación de banquetas y guarniciones en vías secundarias. El programa surgió como medida de protección a peatones en calles y avenidas ante los automovilistas; además, busca que el camino de estos sea cómodo y digno. Pero qué pasa cuando los automóviles invaden el espacio que se supone debería ser para los transeuntes y su seguridad.
Ante la falta de espacio en los garages de nuevas unidades habitacionales, altos costos de parquímetros, así como de estacionamientos, y falta de lugar para estacionarse, automovilistas de diferentes delegaciones de la Ciudad de México han optado por aparcar en banquetas y así obstruir el paso peatonal sin importar el peligro que esto signifique para los transeúntes en las transitadas calles de la ciudad de México.
El peligro que representa caminar sobre el espacio designado a los carros resultó en un proyecto llamado: LA BANQUETA SE RESPETA, una herramienta de protesta diseñada para visibilizar el abuso de los automóviles que invaden constantemente el espacio de circulación peatonal y promover con ello la participación ciudadana en la construcción de “ciudades más humanas”.
La protesta consiste en pegar calcomanías en los carros estacionados sobre la banqueta para extender el mensaje de dignidad urbana, con esto, buscan más y mejores aceras para las personas, pero son conscientes que esto no va a suceder si no se cambia primero la percepción que se tiene de estos espacios urbanos.
La dinámica termina cuando los simpatizantes toman una fotografía puesta en un carro invasor de aceras y la comparte en el perfil de Facebook de LA BANQUETA SE RESPETA.