Has ganado y todos lo sabemos, ahora está contigo, los dos ríen cuando acaban de ver una gran película y disfrutan todas las noches cuando duermen juntos. ¿Sabes? En ocasiones los imagino acurrucados y los envidio, no tengo celos pero lo extraño. Extraño estar junto a él y disfrutar los chistes estúpidos que me hacían reír como si tuviera cinco años. Supongo que también lo hace contigo ¿no?, esas risas absurdas, ese baile simpático para ocultar cuán patético es al mover los pies o ese masaje delicioso que, por cierto, yo le enseñé. Siempre extrañaré cuando los dos nos acurrucábamos incómodos porque en su cuarto hace demasiado frío y su cama es muy pequeña, en ese momento me molestaba, ahora no hago más que añorarlo.
¿Cómo está?, ¿cómo está su familia, sus amigos?, ¿cómo va la escuela?, ¿ha cambiado demasiado? No te voy a engañar, esperaba que después de estar conmigo tanto tiempo, se quedara a mi lado, que me amara tanto como yo lo amé, como yo lo amo, pero no fue así. En lugar de eso, no tardó mucho en encontrar alguien con quien remplazarme, ésa eres tú, la mujer que me robó al amor de mi vida.
Creo que nunca podré olvidarlo y lo dificulta más que tengamos tantos amigos en común pero no te preocupes, cuando lo vea, lo trataré con indiferencia, me reiré amablemente con él y como si fuéramos poco menos que extraños le dirigiré con movimiento de cabeza para saludarlo en lugar de darle ese beso apasionado que anhelo en mis sueños. Él no quiso estar conmigo, quiso estar contigo y lo respeto. No debería decirte esto pero, ya me humillé más de lo que puedo soportar, ya le dije cuánto lo amo y extraño pero él está decidido… ¿qué más puedo hacer? Lo único que me queda es retirarme con la poca dignidad que queda, con la única esperanza de encontrar a alguien mejor que él.
Ya no duele tanto como los primeros meses, ahora estoy segura de que no tuviste la culpa de que termináramos, no estábamos listos para tener tantos compromisos a tan corta edad. Los dos queríamos conocer más cosas y tú, simplemente estuviste en el lugar correcto en el momento indicado. Ahora que estás a su lado, prométeme que no lo echarás a perder todo, que no lo cambiarás o arruinarás su vida. Prométeme que estarás ahí para él y que no lo lastimarás. He oído rumores pésimos sobre ti y sobre ustedes, parece que lo estás llevando a un barranco de perdición, ¿por qué le haces eso? Aprende a amarlo tanto como lo amo yo y hazlo feliz, él lo merece.
Aprende más sobre música, él es un melómano que no olvida el nombre de una banda y las guarda con ahínco para hacer su colección. Conoce todas sus alergias, tiene demasiadas y en cualquier momento puede sufrir un ataque que debas controlar. Dale su espacio, tiene tantas preocupaciones todo el tiempo que necesita pensar su vida, aunque no lleve a cabo los planes, eso le sirve para reflexionar y darle sentido a lo que hace. No lo engañes, ni siquiera con un beso discreto, un coqueteo casual por Internet y mucho menos involucrándote con alguien más: nunca te lo perdonará, o quizá sí pero si lo hace, estará dispuesto a hacerlo también y nunca tomarte en serio. Aún lo amo con todo mi corazón así que dejaré que tú también lo ames porque al final, el amor se trata de dejar ir para que la otra persona encuentre la felicidad ¡Tienes tanto que aprender! Te dejo a mi amor para que lo hagas. Te regalo sus besos, sus caricias y su pasión. Te permito hacerlo feliz y que tú también lo seas. Te odio pero lo amo. Te detesto, aborrezco, desprecio. Sé lo mediocre que eres, lo ridícula que te ves, la persona de tan mal gusto que pareces, pero que te haya escogido a ti de entre tantas opciones, me hace saber que él no era para mí.
Si tú, amor de mi vida, estás leyendo esto, lee también “Todo lo que no le dije a quien me rompió el corazón”.
**
Fotografías de Laura Makabresku