Lo que a primera vista parece una historia salpicada de palabras obscenas y enmarcada entre prácticas sexuales incómodas, es realmente el enigma que al desengranar se convierte en la obra maestra de la literatura erótica.
En este trabajo convergen numerosas prosas surrealistas que denotan una inteligente obsesión por la fe que Georges Batalle deposita en el sexo y el erotismo. El logro de este gran novelista, ensayista y poeta francés se centra en cómo configura todo un universo dentro del que relaciona una trama anecdótica, bastante simple en realidad, con imágenes que sugieren al ojo del lector una serie de connotaciones inconscientes y automáticas sobre el lado lascivo del ser humano, las cuales forman parte de una serie ilustrativa especialmente hecha para este libro, por parte de Hans Bellmer.
Es un verdadero placer enfrentarse al libro que unifica el erotismo con la filosofía en una literatura ideal para los que disfrutan de letras con matices surrealistas que no se limitan a lo ordinario, sino que tratan de encontrar esa línea que a través de nuestro ojos se dibuja separando la razón de la imaginación.
El erotismo de “La historia del ojo” no es para nada una historia romántica de personajes que descubren el placer sexual a través de experiencias que les permiten explorarse con sofisticación. En realidad, esta obra de Batalle es parte de un proceso creativo que con la corriente surrealista emergió para muchos artistas y a partir del cual el autor escribió un libro de contenido revulsivo y revelador.
Dos adolescentes son los que encarnan esta metafórica novela que describe cómo todo lo que le sucede a este par se centra en Marcelle, una chica rubia que pasa de la frágil ingenuidad femenina al perverso mudo del placer y el dolor. Y este último es el que de manera lírica nos toma de distintas partes del cuerpo para arrastrarnos, junto con los personajes de la historia de Batalle, a un esplendor sexual que inunda a los protagonistas de manera salvaje e instintiva hasta perderse entre los excesos de un erotismo exacerbado que por momentos los convierte en animales.
*Fotografías de la belleza femenina más allá del erotismo
Además del sexo, el erotismo y el placer entre las páginas de la obra podemos encontrar una analogía sobre la muerte que inunda la novela y cada uno de sus episodios. Para Georges Bataille la muerte no confiere al acto de las almas dejando su cuerpo, sino a la decadencia de una vida sin exploración, sin reencuentros con uno mismo, sin sueños, besos ni felicidad, pues para el ensayista y para quienes se atreven a tomar entres sus manos este libro la definición de una vida plena se basa en toda la libertad con la que le permitas al cuerpo expresar su sexualidad.
Es por eso que tanto personajes como ilustraciones dentro de “La historia del ojo” transgreden, en todo sentido, cualquier norma de comportamiento sexual establecida; de hecho, esta relación entre el erotismo, la libertad y la muerte se basa en aquel deseo pecaminoso con el que Simone, uno de los jóvenes personajes del libro, se comporta y enfrenta ante el edén de lo prohibido, justo delante del fruto del mal con el que se gana el castigo de haberse entregado sin límites ni objeciones al placer: la muerte.
El sabor con el que cada uno de los personajes de esta historia se conduce, y el mismo que la obra va dejando en la boca del lector, es la combinación de una serie de actos que convierten el mundo de Simone y su compañero en una máquina sexual que penetra una y otra vez las expectativas que se acrecientan sobre el placer que pueden experimentar, comparando la inmensidad del tiempo y el espacio con la que el orgasmo les provoca.
Así como ha sido desaprobada por muchos, esta novela de rareza cautiva ha encantado a miles de lectores a quienes satisface con la apariencia de su literatura obscena hasta caer en cuenta de que se trata de un profundo trabajo que revela una extensa recapacitación sobre la locura del ser humano y su intento por permanecer vivo ante una realidad construida que no le permite vivir sin limitarse, y no sólo de manera sexual.
*El porno que no es nuestro. Imágenes del erotismo que no imaginas
La metáfora de la sexualidad a la que nos introduce el libro de Batalle nos demuestra cómo es que la entrega a la desconexión de nuestra mente y cuerpo con nuestros prejuicios y concepciones nos regala la oportunidad de equilibrar la constelación entera para acercarnos al orgasmo, el cual gira en torno a ese placer sexual que resulta complicado mirar de manera franca, pero que deberíamos abordar con imaginación, insinuación y toda la intención erótica que sea posible.
Ese sentido erótico es el territorio que más hemos descuidado sobre la sexualidad y sensualidad tanto femenina como masculina, las cuales podemos recuperar a través de obras tan infames y acertadas como “La historia del ojo”, impregnándonos de esa pérdida de miedo a la muerte que se relaciona con todo lo que nos impide disfrutar de manera corporal, sexual y emocional los encuentros eróticos con otro o aun con nosotros mismos.
El erotismo de la literatura de este escritor reafirma la excitación que, tanto en hombres como mujeres, funciona como una poderosa energía que la naturaleza de nuestra vida posee y que muchas veces olvidamos al reprimirla hasta frustrarla.
Pues así como falta inteligencia para leer, disfrutar y aprender de esta obra, falta disposición para recuperar conscientemente el erotismo de nuestra sexualidad.
Afortunadamente, este título no ha sido prohibido por su contenido, pero existen libros de temáticas similares que no han corrido con la misma suerte como la historia entre el erotismo, la sexualidad y la protesta: el libro chino que ha sido prohibido en su país. Aunque la literatura no es la única fuente que ilustra este pasaje de la vida, ya que también hay una selección de películas del erotismo y el despertar sexual en la juventud.