La niña de mis ojos juega a cazar estrellas fugaces,
algunas noches mira por la ventana todo ese universo a lo lejos,
anhelando,
deseando volar y hostigar cada luz,
apresar por unos instantes esas intermitentes luces.
La niña de mis ojos se esconde a ratos,
renace algunas ocasiones y llena de impulso,
de albor.
Me levanta, me afirma, me abraza.
¡Suspiro al despertar!
Un hueco me asciende en el pecho,
todos los sueños se agolpan, “los quisiera ser” se me cargan,
se vuelven pesados y un silencio mortal habita mi alma.
Me armo las piezas, me amarro las ganas, me animo a iniciar el paso.
Transcurre el día y un sonidito, una vocecita queda; esta ahí en mi interior alientan cada instante.
Mis ojos alertas, despiertos, descubren más allá toda la existencia latente frente a ellos.
La niña de mis ojos sonríe, juguetea y me llena de mundos.
Atrapa estrellas, inventa colores,
me lleva a viajes maravillosos y me abriga cada noche.
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Estos son los poemas que debes leer cuando te sientas perdida y partida en dos, pues sólo la poesía es capaz de calmar la ansiedad que provoca extrañar a alguien.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Joelle Friend.