Este poema que evoca a la Soledad te llevará a un recorrido nostálgico; continúa leyendo…
No hay sombra a la cual llorarNi una voz en mi memoria a la que pueda extrañarEl espacio junto a mí en la cama está frío;No recuerdo que alguna vez haya sido cálidoYa no puedo recordar.La soledad,Ese monstruo hambriento me ha tomado presa Está arraigado a mi pecho,Descansando su cabeza al costado de mi cuello.Sus gélidos rugidos atraen al cóncavo ser sin sentido que vive dentro de mí.Perdí la guerra en mi contraMe convertí en un terrorista,ese que viste capuchas de color carmesí y se esconde antes del amanecer.
La soledadPrende fuego a los caminos bifurcados que me disponía a tomarY me empujaCon sus garras…Hacia el precipicio.La soledadPuso un campo minado a mi alrededor“No hay escape sin muerte”Me canta“No hay salvación sin muerte”Entona.
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Me gusta suponer que no todas las despedidas son para siempre, que a veces la gente puede reencontrarse, da click aquí para leer un poema que te ayudará a recuperar la esperanza.
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Las imágenes que ilustran el texto pertenecen a Rocío Montoya; conoce más sobre su trabajo en su página oficial.