Seamos honestos, todos alguna vez hemos sido presos de eso que llamamos amor, en especial cuando éste no es amor no correspondido. Cuando ocurre, parece que no existiera nada peor que enamorarte perdidamente de la persona equivocada. A pesar de esto, muchas veces es inevitable y nos aferramos a la razón en una lucha constante contra la obsesión.
Lo anterior es el tema principal de “Los sufrimientos del joven Werther”, texto del escritor alemán Johann Wolfgang Goethe. Dicha obra nos presenta las fatalidades que puede ocasionar un amor imposible, las que van desde la inconformidad hasta la exaltación de la locura y el sinsentido de la vida.
Si te interesa conocer más a fondo acerca de estas reflexiones que se plantean en la obra de Goethe a través de cartas autobiográficas de un joven y sus testimonios, te invitamos a leer la obra completa. Por lo pronto, aquí te traemos las mejores frases que, como dice el título, consideramos perfectas para morir de amor.
“¡Si yo pudiera expresar todo lo que siento! ¡Si todo lo que dentro de mí se agita con tanto calor, con tanta exuberancia de vida, pudiera yo extenderlo sobre el papel, convirtiendo éste en espejo de mi alma, como mi alma es espejo de Dios!”
“Lo que yo sé, cualquiera lo puede saber; pero mi corazón lo tengo yo sólo”.
“¡Siento tantas cosas…, y mi pasión por ella lo devora todo! ¡Tantas cosas! . . . ¡Y sin ella todo se reduce a nada!”
“¿Por qué aquel tiempo, cuyo recuerdo me mata, era para mí tan dichoso? Porque entonces yo esperaba, confiado en que el cielo no me olvidaría, y recogía las delicias con que me embriagaba un corazón lleno de reconocimiento”.
“¿Está escrito en el destino del hombre que sólo puede ser feliz antes de tener razón o después de haberla perdido?”
“Es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras”.
“El ser humano es una cosa uniforme. La mayoría emplea la mayor parte del tiempo para vivir y lo poco que le queda de libertad le asusta tanto que hace lo imposible para deshacerse de ella. ¡Oh, el destino del hombre!”
“¿Es preciso que lo que constituye la felicidad del hombre sea también la fuente de su miseria? Este sentimiento, que llena y rejuvenece mi corazón ante la vivaz naturaleza, que vierte sobre mi seno torrentes de deliciosas dulzuras y convierte en un paraíso el mundo que me rodea, ha llegado a ser para mí un insoportable verdugo, un espíritu que me atormenta y que me persigue por todas partes.”
“¡Ay de mí! Nadie me dará el amor, la alegría, el goce de las felicidades que no siento dentro de mí. Y aunque no tuviera el alma llena de la más dulces sensaciones, no sabría hacer dichoso a quien en la suya careciese de todo.”
“Sólo algunos seres privilegiados logran dar su sangre por los que aman y ofrecerse en holocausto para centuplicar los goces de sus preciosas existencias .”
“Sin el amor, ¿qué sería el mundo para nuestro corazón? Lo que una linterna mágica sin luz”.
“Aunque el amor no sea otra cosa que fantasmas pasajeros, esto basta para labrar nuestra dicha cuando, deteniéndonos a contemplarlos como niños alegres, nos extasiamos con tan maravillosas ilusiones”.
“Es muy cierto que sólo el amor hace que el hombre necesite a sus semejantes”.
“Hay ocasiones en que no comprendo cómo puede amar a otro hombre, cómo se atreve a amar a otro hombre, cuando yo la amo con un amor tan perfecto, tan profundo, tan inmenso; cuando no conozco más que a ella, ni veo más que a ella, ni pienso más que en ella”.
“Esta pasión, que encarna tanto amor y tanta fidelidad, no es una ficción poética; vive, centellea con toda su pureza en estos hombres que apellidamos incultos y groseros nosotros, gente civilizada hasta el punto de no ser ya nada”.
“¿No soy siempre aquel hombre que otras veces se deleitaba con los más puros goces de una exquisita sensibilidad que a cada paso creía descubrir un paraíso, y cuyo corazón abierto a un amor sin límites, era capaz de abrazar el mundo entero?”
“¡Si ahora mismo sueño! ¡Cuánta razón tienen los que dicen que somos juguetes de fuerzas misteriosas!”
“¿Por qué asustarse? ¿Por qué dudar? ¿Acaso porque se ignore lo que hay allá, porque no vuelve, o más bien porque es propio de nuestra naturaleza suponer que todo es confuso y tinieblas en lo desconocido?”
“¡Ah!, temo que la imposibilidad de obtener mi amor es lo que exalta vuestra pasión”.
“Al separarme ayer de tu lado, un frío inexplicable se apoderó de todo mi ser; refluía mi sangre al corazón, y respirando con angustiosa dificultad pensaba en mi vida, que se consume cerca de ti, sin alegría, sin esperanza”.
“No sueño ni deliro. Al borde del sepulcro brilla para mí la verdadera luz”.
“Toda regla asfixia los verdaderos sentimientos y destruye la verdadera expresión de la naturaleza”.
“¡Qué pobres hombres son los que dedican toda su alma a los cumplimientos y cuya única ambición es ocupar la silla más visible de la mesa! Se entregan con tanto ahínco a estas tonterías que no tienen tiempo para pensar en los asuntos verdaderamente importantes”.
“¡Cuántos reyes gobernados por sus ministros! ¿Cuántos ministros por sus secretarios! ¿Y quién es el primero? Yo creo que aquel cuyo ingenio domina al de los demás, de que por su carácter y destreza convierte las fuerzas y las pasiones ajenas en instrumentos de sus deseos”.