Llévame ahí y abandóname, déjame en esa dicha…

Llévame ahí y abandóname

Llévame ahí y abandóname

Donde los sueños murmuran,

allí donde uno quisiera vivir para la eternidad

ahí llévame y abandóname en ese lugar

allí donde el aire cambia el color de la inmortalidad.

Quiero perderme, quiero desaparecer

esfumar mi ser

en polvo florecer

una vida en paz

un andar sin padecer.

Allí donde la luz,

allí donde el amor,

allí donde la felicidad,

allí donde todo habita,

quiero perderme,

quiero dejar de ser

para volver a ser,

para renacer,

en lo auténtico,

en lo real.

Llévame ahí,

quiero que mi espíritu

sea libre.

Quiero que mi cuerpo

sea fuego.

Quiero que mi aliento

sea de luz.

Llévame ahí y abandóname

déjame en esa dicha,

en esa calma,

en ese arcoíris.

Llévame a prisa,

en silencio,

llévame y déjame ahí

donde mis sueños nacen.

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El cuerpo como hoja en blanco, como territorio recién descubierto para ser explorado en donde se construya una ciudad a base de besos… quizá estos “Poemas para recorrer los caminos de la piel de una mujer” los puedas dedicar a tu pareja.

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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Elliott Dunning.

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