Te presentamos el siguiente poema en prosa de Ulises Franco con el que desearás viajar al Universo:
Hay noches en las que la luz artificial es innecesaria para dibujar formas. Son noches en las que el espíritu se superpone a la carne; las entrañas salen y sobre la piel flota nuestra memoria. Las plantas se mueven, cantan con su dulce voz apagada. Bailan entre un plano material y uno espiritual.
Noches en las que humanos, animales y árboles somos una misma ecuación. Los colores y sabores no son los de siempre, el blanco no es el inflexible blanco conocido y el amarillo es un amarillo aterciopelado y es la lengua de la naturaleza. Los besos son contemplados con el sabor de los cosmos. Todo es cubierto por un manto adormecedor de la existencia humana, de lo material, de lo visible.
Se abre otro plano donde los sentidos se agudizan y el tacto no sirve sólo para tocar y el gusto no sólo gira a sabores. Sensaciones. Un plano más amplio, inexplorado, todo lo externo encapsulado en el interno y luego ese interno es lanzado a nosotros, a nuestro alcance; un plano casi ambiguo donde todos: los sonidos húmedos de los grillos, la voz seca de las ramas, la textura del cielo estrellado, los cantos ciegos, tú, yo, formamos un mismo cuerpo, un único espíritu.
Noches en las que tenemos la oportunidad de librarnos de ser materia, carne, peso, color, valor, animal, planta o humano para ser un único espíritu conteniendo al Universo.
**
Cuando el amor toca a nuestra puerta creemos que la vida nos está premiando pero este libro demuestra que el amor es sólo un trofeo para el egocentrismo humano.
**
Los collages que acompañan al texto pertenecen a Bryan Olson.