En el final de los tiempos terminará la agonía
se romperá el silencio por un aullido salvaje
luz de vida sobre la mortandad oscura
que ilumina un crujido que emana de las profundidades.
Sangrienta guerra de garras y colmillos
devoradores de almas, desprecio y resultado
de la traición de los tiempos
ignorados por los marchitos
que mantienen nuestra existencia en un mito;
cortinas de humo, pólvora y plata
lágrimas de Dios son nuestras armas.
Resurgiremos de mazmorras,
es cierto que no se puede detener una bala
pero tampoco existe antídoto para las estacas.
Saldremos con instinto homicida
acompañados por la penumbra
rabia de muerte enfrentando colmillos suicidas
ilumínanos luz de luna,
que nuestro linaje prevalezca
y la sangre de inocentes dentro de ellos se consuma,
ilumínanos luz de luna.