Lo más fácil para un hombre es irse cuando la chica saca su lado complicado, cuando ella voltea las cartas para saber qué tanto ella le importa a él. Lo fácil es ir a buscar a otra chica y hacer lo mismo, una y otra vez, repetir el proceso hasta que él se sienta muy hombre por poder elegir personas para llenar la ausencia de cariño sincero. Eso es un poco absurdo porque el hombre termina por sentirse más solo y vacío de lo que imaginó; se da cuenta que las compañías son efímeras y que para que algo sea verdadero tiene que estar dispuesto a dar lo que nunca ha dado, poner en acción las intenciones para no quedarse en palabras, dejar a un lado la pena de mostrar sus sentimientos. Pero, el hombre tarda un poco para entender ese aspecto. La madurez emocional del hombre llega en el momento en que se da cuenta que quiere enamorar a la misma mujer todos los días.
Bruce Davidson: Couple kissing on street. London, UK, 1960.
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Quetzal Noah