Hay flores que no siempre deben regalarse para que no pierdan su belleza, como lo dice el poema de Daniela Agudelo:
Me entristece ver los tulipanes
confiando en manos marchitadoras
creyendo en vanas caricias
bailando con el aire que los deshojan
Pobre de aquellos tulipanes
gozando con el aliento del agresor
besando ramas ajenas
plantados en terrenos dañinos
Me duele ver tulipanes
tulipanes que parecen personas
aferrados al vil aliento sonoro
Tristes tulipanes
con melancólico vaho tenido de azul
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Hay poemas como tulipanes que lastiman, que hieren la carne y la marcan, así lo escribió Sylvia Plath en algunos de sus poemas dedicados a esta flor, aunque existen también otros poemas dedicados a Plath: “No quería flores, sólo encontrarme totalmente vacía”.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Henar Bengale.