Nuestro amor es así: trágico, amargo, insoportable, frágil, apasionado, volátil, sensible, salvaje. No me soportas, no te soporto; nuestro amor es necesario porque es poético, porque demuestra la existencia tangible de las utopías; porque es una ironía, una muestra de dualidad, es un vaivén de estupidez, bruma negra a la orilla del mar y olas blancas revolcándonos en el asfalto.
Es el mejor de los males y la peor satisfacción porque deja un sabor a pintura y alcohol después de vernos. Encarna la belleza en su máxima expresión, lo sublime, lo divino, lo “perfecto”; pero es como una caja de Pandora, como las lágrimas de Era y la ira de Zeus.
Nuestro amor es repugnante en el sentido más místico que pueda existir, soy todo lo que no quieres y viceversa.
Nuestro amor es una implosión con todas las pasiones que existen, es la muestra más fiel de que dos artistas pueden juntarse sin asfixiarse, es hacer tangible lo intangible y beberse lo inexorable. Nuestro amor son todos los elementos, es la noche entrando debajo de nuestras sábanas y todos los sorbos de whisky que bebemos estando lejos. Nuestra forma de amarnos es ciega e irrefutable, una columna de mármol cayendo en un abismo, el rojo de tus labios en un atardecer triste, mis manos tratando de sostenerte.
De amores y sensualidad está lleno el mundo y el arte, compruébalo con estas obras de Erotismo visto a través de grandes artistas y regresa a la lectura para salivar recordando que El título llega cuando te corre un beso
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Las fotografías que ilustran el texto pertenecen a la artista Lina Scheynius