Acostumbrada a hablarte con mi piel, guardo lo mejor de mis sonrisas para ti.
Abro mi corazón y doy paso a un mundo lleno de esquinas en mis ojos que te reflejan.
Un cielo nace en medio de nosotros y nos regala amaneceres, noches eternas sin más respuesta que nuestra unión.
De a poco mi universo te aclama con gemidos y cantos. Mi ser es tuyo, tu aire es mío, somos nuestros.
Nuestras bocas se encuentran, se unen desbocadas tragándose sutilmente, nuestros ojos se nublan,
se doblan, miran hacia dentro descubriendo los colores que nos surgen.
Nuestra esencia se funde, para vibrar juntos, para sentir este inmenso deleite.
Detenemos el tiempo en instantes que transcurren lentos, mientras nuestras manos se unen.
Mi piel te habla, mis ojos te gritan, todo mi ser alerta va contra ti. Te abrazo con fuerza
queriendo derretir tu pecho y a besos nos robamos el aire, nos tomamos el alma. Despojándonos de todo, regalándonos el paraíso.
Extasiados sin aire, seguimos en pie. Vamos descubriendo este crepúsculo con nuestras formas hermanadas.
Nos extrañamos tanto, nos hemos buscado y con avidez nos hemos codiciado.
En este momento nos saboreamos enardecidos. Nuestros cuerpos se arrebatan, nos recorremos con caricias. Tomo tu cuello, lo cubro de besos, mi lengua te examina tengo tu sabor en mí.
Tus manos me exploran descubriendo el camino en mis piernas despertando el edén en mi centro, reaccionan a ti, te conocen.
Sonreímos juntos apretamos nuestras manos y mordemos nuestros labios. El deseo crece, el vínculo de nuestras mentes hace gigante este sentir.
Frente a frente llenando nuestros ojos, uniendo nuestras bocas voy sobre ti y mis labios van devorándote con frenesí.
Voy sintiéndote dentro, delicadamente inicio una danza melódica que me colma con tu furia.
Instintivamente esa danza sutil se trasforma en un tango soberbio que nos agita, que enciende nuestras almas.
Nuestro fuego nos habita, nos va atiborrando por completo.
Ahogos, resuellos nos invaden, mi rostro se tuerce, las ganas me brotan por la piel. Cada poro se forma con el tuyo y juntos continuamos este baile. Mi cuerpo salta sobre el tuyo a choques gratos vamos juntos formando ese camino de luces, de pasión, de satisfacción plena.
Mi espalda se encorva, mis piernas se cimbran te siento palpitar y no me detengo, mi rostro desquebrajado de tanto placer se une a ese vaivén de fuerzas, de bríos. Aprieto tu mano, mis ojos, tus ojos se cierran, ¡suspiramos!
Juntos avanzamos en este delicioso camino, trascendiendo cuerpo y alma. Ahí con el más grande amor y con el magnánimo deseo que nos habita culminamos en el orgasmo más dulce.
En silencio, bajo la luz de la luna que nos cobija, nos miramos y sin palabras nos explicamos todo, ya nos concedimos completos, nos tenemos uno al otro.
En calma mi cuerpo sobre el tuyo, dóciles, rendidos nos entregamos en un beso y tomados de la mano nos vamos a soñar.
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Cuando te encuentres sola con tu pareja, susúrrale estos poemas al oído, lento y con urgencia, para que le quede claro que lo es todo.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Katerina Kladivová.