Por Stefano Bonazzi
Resuena el eco de los silencios
inoportunos.
Las noches son afiladas,
las mañanas están llenas
de piojos.
La miseria me persigue.
Toca en mi puerta.
Pregunta por
mi nombre.
La televisión es una puta borracha
con la regla.
Fuera una extraña y
asentada
calima
limita el ambiente.
Los holandeses, irlandeses,
borrachos, ricos, pobres,
no saben qué cojones
está pasando.
Las noches son afiladas.
Las mañanas están llenas
de piojos.
Nada se mueve.
Las agujas del reloj toman relevancia.
Noto cómo se pudren mis tripas
en mi interior,
acompasadas, desposeídas.
Dispuestas a
seguir.
La mierda se me antoja sincera.
La grandeza es obtusa.
Aniquilar es un buen verbo.
Las noches son afiladas.
Las mañanas están llenas
de piojos.
La decadencia es cruel pero
real.
El amor es una mariposa.
Cuando mis dulces ojos busquen la parte oscura
del cráneo
no pediré piedad ni
misericordia.
Ahora
las noches son afiladas.
Las mañanas están llenas
de piojos.
Nobles intenciones abanderan
mi huída.
Nada se mueve.
El infierno es un cuarto sin ventanas
bien iluminado.
Me meo en la cosecha de los
jardines de mi
suerte.
Siguen corriendo los trotones
disparando los asesinos,
marchitándose las
flores
absorbidas por esta densa
niebla marrón.
Las noches son afiladas.
Las mañanas están llenas
de piojos.
El eterno trajín de palabras
correteando como
hormigas.
Deja que me escriba
mis respuestas.
La verdad es intrascendente,
la pereza es tan fuerte como
la vida.
Las camareras del turno de noche
cenan temprano y siempre
sin hambre.
El ladrón siente ese cosquilleo en
el estómago cuando prepara
su golpe.
Me revuelco en los placeres
ocultados a los traidores.
Soy la pintura en los dedos de Van Gogh,
la última cena de un condenado
a muerte.
Dostoievski delante de la ruleta y el
coronel Aureliano Buendía frente
al pelotón de fusilamiento.
Nada se mueve.
Las noches son afiladas.
Las mañanas están llenas
de piojos.
Reverberan chillidos de cuervos en mis entrañas
Ahora el silencio es lo más
oportuno.
La historia es siempre la misma,
tú se lo dices y ellos creen
que ya lo sabían.
Puedo imaginarlos a todos
cuchicheando:
Este chico ha perdido completamente
el rumbo, da palos de ciego
y ni siquiera es
del todo
original.