Los humanos son responsables de crear una raza canina deforme: los Pugs. Años de cruzarlos una y otra vez sin permitir la reproducción de crías interraciales ha resultado en que su calidad de vida sea mucho peor que la de cualquier otro de su especie. Las personas impulsan a que tengan relaciones de incesto y la similitud de sus códigos genéticos tiene como consecuencia que desarrollen múltiples enfermedades. Su nariz pequeña les impide respirar y la proporción desigual hace que sean propensos a desarrollar problemas en los huesos y en sus órganos vitales.
A pesar de que las personas llevan siglos realizando este tipo de actividades con tal de “mejorar” a los animales por medio de la endogamia y el incesto, se rehusa a aceptar de cualquier forma ése tipo de actividad en su misma especie. Es visto como desagradable, inmoral y es ilegal en gran parte del mundo, con castigos que van desde la cárcel hasta la muerte. ¿Las razones? Las mismas por las que los Pugs están muriendo: su descendencia sería propensa a deformidades, enfermedades e incluso trastornos mentales.
Entonces, ¿por qué existe pornografía, juegos e historias sobre relaciones sexuales y amorosas entre hermanos y familiares?
“Oreimo”, del autor Tsukasa Fushimi, es una serie de novelas ligeras que fueron adaptadas al manga y anime. Su tema principal: el incesto visto desde la perspectiva moderna. Traducido al español como “Mi hermana no puede ser así de linda”, lidia con el amor entre hermanos introduciendo el tabú que existe en la sociedad, el desarrollo de trabajos audiovisuales con el aspecto sexual y la forma en que la cultura japonesa retira el estigma de esas actividades en los trabajos de ficción.
El protagonista, Kyosuke, es el típico personaje que aparece en los animes recientes de amor. Tiene 17 años, es listo, normal y atractivo. Es tímido e introspectivo. Cuenta un poco de su vida y detalla que la relación con Kirino, su hermana pequeña de 14 años, ha sido complicada. No habla con él y las veces que lo hace sólo es para insultarlo. En el manga ambos personajes son hermosos, son figuras clásicas y con detalles ligeramente eróticos. Para cualquier persona ajena a este tipo de literatura, resulta incómodo desde el principio.
Kyosuke descubre que Kirino posee videojuegos pornográficos enfocados hacia las relaciones entre hermana menor y hermano mayor. Alterado, comienza a tener discusiones con ella sobre lo incorrecto que son ese tipo de productos. Eventualmente descubre que Kirino tiene una obsesión con el tema. Ella comienza a abrirse con él, comparten momentos e incluso la apoya con sus gustos, sin embargo, la obra nunca presenta el incesto. Aunque los personajes no se besan ni tienen contacto sexual, la obra está llena de eventos que sugieren que crearán una relación más profunda que la que poseen.
Dividido en cuatro volúmenes de manga, “Oreimo” juega con el lector, hace atractiva la idea de incesto pero también se burla de aquellos a quienes les interesa la literatura y pornografía de ése tipo. El diseño de los personajes y su edad hacen que el producto sea aún más perturbador: ambos son menores de edad, tienen rasgos tiernos y mientras su conexión se hace más fuerte también lo hace la extrañeza de entenderlos. El odio que se tienen se transforma en amor incómodo que en cualquier momento podría derivar en la pesadilla del mundo entero.
“Mi hermana no puede ser así de linda” parece exagerada pero habla con seriedad sobre el tema tabú y la forma en que es percibido por el mundo. Sí, está mal, tiene efectos negativos en la descendencia y en definitiva es uno de los pensamientos más desagradables con los que alguien podría encontrarse. Parece ilógico, sin embargo, hace una excelente pregunta:
¿Por qué detestamos tanto la idea si en el pasado fue usada por los griegos, egipcios, chinos y vietnamitas para crear sus mitos antiguos?
Los dioses de dichas mitologías tenían relaciones de incesto y existen centenas de historias de amor y separación de hermanos, así que es parte del bagaje cultural de gran parte del mundo.
“Oreimo” no pretende impulsar el incesto, sino quitar el estigma que existe en la ficción. Defiende que en el mundo de la fantasía es posible imaginarlo y que no necesariamente tiene que trasladarse a la realidad. Asimismo, usa otros elementos del folclor de dichas culturas para hablar sobre la separación de las familias y las consecuencias de considerar a un hermano a un extraño.
Es difícil ver bajo la fachada pero es un trabajo válido cuya historia disfraza su análisis de las culturas antiguas y el miedo que aún tiene la gente de que la ficción se convierta en realidad. “Mi hermana no puede ser así de linda” es insólita por su contenido y resulta como una de las mejores críticas hacia el temor de algunas personas hacia el incesto en el aspecto literario mientras continúan motivándolo para crear razas horrendas como la de los pugs.