Vanidosa. Terrorífica. Artística.
Estas tres palabras coinciden y cobran sentido en la proclamada obra de Oscar Wilde: “El Retrato de Dorian Gray”, en la que se muestran las características que catapultaron el éxito del escritor en el mundo literario. Estos adjetivos no sólo describen su libro, hacen referencia también a su vida personal que, eventualmente, causó su declive con el esteticismo, la crítica a la sociedad, relatos irónicos y diversos aspectos liberales en muchos sentidos que hoy gozamos en sus letras.
En su novela, el lector puede tentarse por el hedonismo, esteticismo, vanidad y belleza, y al mismo tiempo profundizar en lo amoral de dichas tentaciones. No es sorpresa entonces que en “El Retrato De Dorian Gray” hayan persistido temas que asemejen a la sociedad del siglo XIX con la sociedad actual.
Oscar Wilde era un conocido seguidor del esteticismo, movimiento victoriano que inició en el siglo XIX, y que postula que el arte existe sólo para proclamar belleza, y lo absuelve de responsabilidad ética y moral. La primera vez que “El Retrato de Dorian Gray” fue compartida, los críticos la catalogaron como inmoral; tras cuatro revisiones, Wilde no dudó en explicar su filosofía en el prefacio: “El artista es el creador de cosas bellas… No hay nada parecido a libro moral o inmoral. Los libros están bien escritos o mal escritos. Eso es todo”.
El esteticismo supone entonces que el arte no debe tener enseñanza moral o ética, y como corriente artística, las masas conocen poco de su origen y concepto. La industria, en la actualidad, ha transformado esta definición para hacer de la belleza una necesidad social y un medio para alcanzar el éxito, tanto para el individuo como para las ganancias de diferentes empresas. Podríamos decir, entonces, que el Esteticismo de nuestro siglo no ha sido del todo creado por artistas.
En la novela, algunos admiran en secreto y otros critican con recelo al protagonista. Gray decide vivir los placeres del mundo sin importar las consecuencias que otros sufran por sus acciones, manteniéndose como un hombre de sociedad, en la que la belleza y la vanidad marcan su ritmo de vida superficial. El autor mostraba una postura crítica a la sociedad a la que pertenecía, y era consciente de que sus acciones también correspondían a ésta, tal vez como ironía o cinismo, pero de manera artística, sin duda.
A pesar de haber evolucionado en muchos aspectos, existen elementos, actitudes y acciones vacuas que aún afectan a la sociedad. No es sorpresa que un individuo de buena apariencia y con un apellido rimbombante obtengan la vacante por la que compite contra un individuo promedio sin influencia, a pesar de que sea éste último quien tiene mayor intelecto y capacidad.
Ha sido mucho el esfuerzo de algunos que han intentado romper con este tipo de acciones; sin embargo, es trabajo de todos mostrar a las generaciones venideras la diferencia entre reconocimiento y poder, condiciones que en la novela de Wilde equivalen a la moralidad y la belleza.
Finalmente, la novela relata la peligrosa capacidad de influencia y admiración de y hacia terceros. En cuanto a Dorian, el influjo ejercido por Lord Henry, hedonista y cínico, lo lleva a su destrucción. De igual manera, Bassil, su amigo y pintor, muere a causa de la idolatría que sentía por Gray.
La historia nos muestra las consecuencias de la admiración mal direccionada: artística y humana, a partir del poder persuasivo de ésta. Asimismo, en la actualidad, los medios de comunicación, la publicidad y la industria del espectáculo se han convertido en los gurús de la vida común, influyendo en las decisiones y modo de convivencia, en la economía e incluso en el autoestima.
Podemos concluir que los temas criticados y expuestos en “El Retrato de Dorian Gray” se asemejan con aquellos vividos en nuestra sociedad. Los temas elegidos por Oscar Wilde han trascendido e impactado a aquellos valientes que se han atrevido a dejarse tentar y profundizar en esta exquisita obra literaria que esconde y dice mucho.
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Este controvertido autor tiene obras que no puedes perderte; te compartimos los títulos que sólo las personas inteligentes entenderán.