Dicen que el amor no se comunica, no se pone en palabras, sino que se siente y nos pesa. El siguiente poema de Eliot es una liberación, un escape de la trampa que nos tiende la belleza que vemos en aquello que amamos.
PARADIGMA DE LA BELLEZA
Lo que más admiro de ti es tu sonrisa,
tal pareciese que en ti no pasan los años,
ni las penas ni el forzoso quehacer rutinario
menguan tu jovial actitud positiva.
Te he visto un poco triste y pensativa,
cavilando tal vez por tu familia
o lo pesado que es ya la rutina,
quizá solo escapes a otro plano.
Es hermoso el brillo en tus ojos,
sublime abismo en el que deseo perecer
para renacer triunfante en tus días.
Me emociona hasta las lágrimas
ver cómo me miras tan inquisitiva,
alucino al respecto tal vez,
pero ante tal espectáculo sólo puedo suspirar.
Paradigma de la belleza eres en verdad,
como verídica es la sensibilidad
que depura mi lado humano
y que no oculta mi hosca careta.
Soy el incauto que le persigue en secreto,
secreto a voces que ruego
por un instante su atención.
Aunque presiento que al hacerlo
no sabré cómo enfrentarlo estoicamente,
me he condenado solo, no hay duda,
y ante tal situación me haré responsable.
**
Escribir y leer poesía es una forma de sanar el alma. Si quieres leer más poemas de amor y desamor, te invitamos a que conozcas a los autores de los poemas para los que se resisten a superar las decepciones y los poemas para los que no quieren olvidar.