Me veo perdida
de frente
casi como si mi perdición fuera un espejo
un espejo que refleja mi cara,
no es una cara de ojeras y sequedad,
es una cara donde uno se pierde un día por casualidad,
con los ojos medio abiertos,
profundos hasta dentro,
con las manos sudando, apretando
con las ganas entre las piernas
y en el estómago un hueco, siempre un maldito hueco,
no de hambre, hace rato que comí, no tengo hambre,
tengo sed, sed de encontrarme,
de dejarme,
de pasarme,
de olvidarme en algún sitio…
Me veo, me huelo,
Me adentro al abismo de mis ojos caídos
y es como si volará entre el derredor de la mentira,
entre los ojos que no me miran,
entre los sueños que no hago realidad,
entre las cosas que me pausan;
me veo perdidamente feliz,
feliz de no estar aquí,
de no estar allá,
de no estar en ninguna parte.
***
Las fotografías que acompañan este poema pertenecen a la fotógrafa española Lovenenoso, para conocer más de su trabajo, te invitamos a visitar su tumblr.
***
Te puede interesar:
20 poemas latinoamericanos para dedicarle al amor de tu vida