Buscando hallar la maravilla de los resultados que consigue con sus múltiples fracasos, en tratar de demostrarse así mismo que es un egoísta, indeseable amigo de risas entre desconocidos.
Es un inseguro que ama con tanto miedo que prefiere decir te adoro para no sentirse amenazado por el probable abandono de la persona que ama.
Un abandono que está dentro de una mente llena de promesas incumplidas, aseguradas por él mismo en un discurso prometedor con palabras desde el interior.
Un interior completamente abusado de información sin sentido, tratándose de explicar de adulto lo que las personas que no están no alcanzaron a hacerlo cuando era niño.
Un perfecto imperfecto que lo único que desea se contraria con lo único que hace, cuando provoca sufrimiento a las personas que quiere.
Alguien que entre tanta imperfección, lo que quiere es vivir al lado de alguien con una vida menos imperfecta, una persona que sólo desee que el sol muestre el camino, que la luna ayude como linterna y las estrellas decoren nuestro techo; alguien con quien pueda mantener las manos unidas y las almas fortalecidas por la paz, la tranquilidad y la felicidad que proporcionan rostros hermosos con sonrisas llenas de fe, que demuestran que los dioses existen.
Yo cuento con seis a mi lado.
Que sea la conciencia del corazón la que juzgue, la vida quien prohíba que la humanidad se equivoque y el perdón el que condene de manera benevolente a quien, sin disculpa, crea en él y lo tenga como su principal virtud.
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La soledad impuesta por un tercero se vive con nostalgia y dolor, y para salir adelante a veces es necesario desprenderse del alma y volver a comenzar.