Cuando te sumerges en un libro, la historia puede engancharte en una página. Usualmente eres empático con el protagonista, sufres lo que él sufre, lloras lo que él llora y lloras de nuevo cuando encuentra lo que buscaba. Al mismo tiempo, detestas tanto al antagonista que no puedes evitar sentir un desprecio insano ¿cómo alguien que sólo existe en estas líneas puede afectar tanto mi humor? pero lo hace. Te afecta de tal manera que puedes estar de malas en una fiesta, en la escuela o el trabajo, y si alguien te lo pregunta, muchas veces te puede dar pena contestar “odio a un personaje literario”. En ocasiones es el protagonista al que temes y desprecias.
Son pocos los autores que te ponen en los zapatos de alguien detestable, y aunque terminas creando cierta confidencialidad con ellos, sabes que estás a salvo de sus acciones, pues no son reales (lamento informarte que sí te pueden afectar psicológicamente, por lo que hay que tener cuidado con ellos).
Queremos conocer a nuestros héroes, saber qué sería de nosotros si pudiéramos hablar con esas personas que tanto admiramos y que existe gracias a que las leemos, pero muchas veces descartamos totalmente lo que pasaría si conociéramos a esos detestables y nauseabundos personajes que nos hacen gritar de enojo y desesperación, pues algunos de ellos simplemente son malvados. Estos son algunos personajes literarios que nunca querríamos conocer en la vida real.
Dolores Umbridge
“Harry Potter and the Order of the Phoenix” (2007), J. K. Rowling
Cualquiera que haya leído los libros de Harry Potter sabe que Voldemort no es el personaje más odiado, es Dolores Umbridge. Con su cara de sapo, su ropa chillante y su hipocresía, la maestra de Defensa Contras las Artes Oscuras se convirtió en uno de los villanos contemporáneos más odiados. Además, en un libro que seguramente lees cuando eres estudiante y que enseña que las injusticias deben ser exhibidas, no hay nada tan traumático como el castigo de escribir con tu propia sangre, como castigo de algo que no hiciste. Definitivamente es la peor maestra en la que alguien puede pensar.
Joffrey Baratheon
“A Game of Thrones” (1996), George R. R. Martin
Entre la larga lista (que parece interminable) de personajes del mundo de “A Song of Fire and Ice” hay muchos personajes despreciables, incluso es casi imposible encontrar a uno que no tenga cierto grado de maldad. Esa es la genialidad del autor, sus personajes son estrictamente humanos, por lo que no hay espacio para esas magníficas y puras personas que siempre hacen todo bien. Sin embargo, hay algunos que carecen de humanidad, y entre ellos tal vez el más detestable es el príncipe Joffrey, un niño pequeño que representa todo el despotismo y crueldad que uno pueda imaginar.
Tal vez hay gente aún más aterradora en las páginas de los libros, pero el que Joeffrey sea tan joven hace que sea más fácil odiarlo pues aprovecha todo a su alrededor para saciar sus ganas de provocar terror y odio.
Al terminar de ver “Breaking Bad”, George R. R. Martin quedó tan cautivado con el monstruo en que se había convertido Walter White que prometió crear a un personaje aún peor que él para su nuevo libro, habrá que ver si logra cumplir su promesa.
Humbert Humbert
“Lolita” (1955), Vladimir Nabokov
La primer cosa por la que muchos lo pueden odiar es por su amor hacia una preadolescente, pero Humbert es alguien mezquino; se cree superior a todos y considera que todo el mundo es estúpido menos él. Al ver todo desde su punto de vista llega a hacernos confidentes de sus deseos de estar con Lolita y hasta llegamos a simpatizar con él. Imaginar lo que podría pasar si llegáramos a conocerlo realmente hace que nos hiele la sangre. Realmente no estamos listos para ese tipo de manipulación mental.
El hombre del subsuelo
“Memorias del Subsuelo” (1864), Fiódor Dostoievski
Considerado el primer texto existencialista por muchos, “Memorias del Subsuelo” llegó en un momento en el que nadie estaba preparado para él. Uno de los primeros personajes realmente detestables, pues mientras antes los escritores usaban a sus personajes para mostrarnos la maldad del mundo, Dostoievski nos muestra la maldad de cada uno de nosotros. El protagonista es el reflejo de todo lo decadente de la sociedad rusa del siglo XIX, algo que parece muy lejano y ajeno a nosotros, pero que si leemos el libro nos hace identificarnos inmediatamente.
El libro abre con la frase “Soy un hombre enfermo. Soy un malvado. Soy un hombre desagradable”, más que suficiente para adentrarnos en el mundo del subsuelo y encargarnos de la desagradable tarea de conocer a este mezquino personaje. Él no tiene dinero y con la única persona que parece compadecerse de él se comporta como un cretino. Odia la prostitución pero acude con una prostituta, le da aires de amor y grandeza, le promete sacarla del infierno en el que vive y acto seguido la denigra peor que cualquier otra persona en su vida.
La niña mala
“Travesuras de la Niña Mala” (2006), Mario Vargas Llosa
Vargas Llosa siempre ha escrito cautivantes historias, pero su novela dedicada al amor tiene a uno de los personajes más inhumanos de toda su literatura (y eso que estos abundan en sus textos). La niña mala (para entender la falta de nombre hay que leer la hermosa y devastadora novela) hace lo que desea con los sentimientos del protagonista. Lo usa, lo enamora y lo deja; ella deja en claro que nunca tendrán nada y aun así, sigue amándola. Pensándolo dos veces, tal vez sea el protagonista a quien no querríamos conocer. Un ser tan pasivo ante la maldad de esta mujer es imperdonable. Sea cual sea tu opinión, es verdad decir que ambos son una sucesión de errores e incongruencias que no querríamos tener en nuestras vidas.
Holden Caulfield
“The Catcher in the Rye” (1951), J. D. Salinger
El rey de los introvertidos, el honesto hipócrita, el modelo a seguir de cualquier adolescente rebelde. Holden llegó a la literatura y es un referente obligado para cualquiera que piense diferente cuando es joven (la ironía se entiende, pero es cierto). A pesar de eso, conocer a alguien como él en realidad sería uno de los momentos más memorables de nuestra vida, pues conoceríamos a ese niño que cree saberlo todo, que sabe que las cosas están mal, pero en lugar de hacer algo solamente se queja, se burla y continúa su vida “única” y “especial”. Seguramente hoy sería el ídolo de los “Social Justice Warriors” de Tumblr que defienden con fervor todo lo que pueda ser criticado, aunque lo que defiendan no tenga nada de sentido.
Rosaura
“Como agua para Chocolate” (1989), Laura Esquivel
La hermana mayor de Tita. En primer lugar no siente interés por la cocina, cosa que tal vez no importaría si no fuera por el amor y la pasión que Tita sí siente. Lo realmente imperdonable es la forma en que manipula, utiliza y finalmente, la vileza con la que se roba al amor de su vida. Rosaura no parece tener una pizca de compasión y empatía por Tita, y aun con el paso de los años espera que su hija no conozca el amor, para que así pueda cuidar de ella en su vejez.
Alexei Alexandrovich Karenin
“Ana Karenina” (1877), León Tolstói
Es tan hermético, tranquilo y religioso que esa quietud hace que sea imposible no engañarlo. Hay ciertas cosas que se pueden soportar, incluso más al ver que le suceden a otra persona, pero en el caso de Alexei, ver todo lo que pasa a su alrededor y encontrar en él la capacidad de acción de una roca, hace que sea imposible no odiarlo un poco aunque él sea la víctima. Lo peor es que cuando se entera de la red de mentiras que existían a su alrededor, la acepta, perdona y hasta promueve que continúen. Si alguna vez has tenido algún amigo al que le demuestras la verdad y decide continuar con los ojos vendados, puedes entender esto.
Carlos
“Casi el Paraíso” (1956), Luis Spota
Todo el tiempo se cuestiona el deber ser y el deber que tiene ante la sociedad. Su familia se está cayendo en pedazos y él se preocupa más por su trabajo y sus cuestiones existenciales dejando de lado las cosas realmente importantes. Si lo conocieras en persona te desesperarían sus decisiones. Buscar hacer las cosas correctas siempre es admirable, pero comenzar a dejar de lado lo real por lo ideal, más cuando hay gente que depende de ti, es imperdonable.
Nefástofeles
“Diablo Guardián” (2003), Xavier Velasco
Tal vez Violetta sería el primer personaje que llega a tu cabeza al pensar en una persona horrible en “Diablo Guardián”, pero nada se compara con su propio némesis. Nefástofeles es la vileza retratada a la perfección. Ese hombre estúpido con aires de grandeza que te manipula hasta lograr tenerte en sus garras y a partir de entonces te explota sin misericordia, haciendo que desees matarlo o peor, matarte.
***
Te puede interesar:
Cultura Colectiva te recomienda sus libros favoritos
Películas que sólo deberían ver las personas inteligentes