Alfonsina Storni fue nuestra poeta maldita. Nacida en Suiza en 1892, se trasladó a Argentina en 1896. Creció con la ilusión de convertirse en educadora y enseñar a leer a los niños campesinos. En 1912 nació su hijo Alejandro y, al ser madre soltera, Alfonsina tuvo que abandonar su carrera profesional para conseguir empleos mejor remunerados. Después de publicar en diversas revistas, en 1916 logró escribir su primer poemario. Su obra fue un parteaguas entre la poesía modernista y la época de los contemporáneos. En 1935, Alfonsina tuvo que ser operada para extraerle un tumor en el seno. El cáncer había la había afectado física y emocionalmente, y tras esta operación sus padecimientos mentales —depresión y paranoia— se acrecentaron. Finalmente, en octubre de 1938 Storni decidió quitarse la vida arrojándose al mar.
La poesía de Alfonsina es una mezcla entre el romance erótico, el feminismo y el surrealismo. En el siguiente poema las imágenes de la naturaleza y el viaje infinito materializan un impulso interior del Yo poético, el viento refleja el anhelo de un ser amado lejano y desconocido.
LA CARICIA PERDIDA
Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos… En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará… rodará…
Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.
Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?
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A pesar de su final trágico, Alfonsina Storni es parte de las poetas más importantes en la historia de habla hispana. Como ella, otros poetas han escrito obras que son mejores que un “te amo”.