Muchas veces hemos perdido oportunidades valiosas por miedo, perjuicios, inseguridad, por hacer suposiciones sin fundamento, por tristeza o por el motivo que sea; sin saber que lo único que nos faltaba era amor.
El amor da valentía, ese impulso que te hace decir “no importa lo que ocurra, lo haré porque vale al pena”; el amor te da aliento para vencer todos los miedos, y romper con los esquemas. Nos hace salir del molde cómodo en el que estábamos y los lugares oscuros en los que escondíamos aquel afecto valiente que vivía en nuestro interior y quería saltar a la batalla, aún sabiendo que podríamos morir de amor.
Muere de amor aunque el frío te queme y tu cabeza diga “no”, tu corazón nunca se equivoca.
Muere de amor aunque el recuerdo de todo aquello que te hizo daño este presente.
Muere de amor por que vale la pena seguir arriesgándote.
Dale, hazlo de nuevo, anda detrás de ese sueño, de ese beso tibio que tanto deseas, de esa cama que quieres compartir.
Muere de amor, que eso no se acaba, de eso no se sale; que de eso se vive.
Muere de amor aunque sientas que no eres suficiente, aunque veas a esa persona tan lejana, tan inalcanzable, tan irreal, como las Perseidas.
Corre detrás de las estrellas, baila sola bajo la lluvia aunque creas no saber hacerlo, canta fuerte aunque nadie te escuche, nada desnuda en el río, grita, llora, salta, corre.
Hazlo; si sale mal, aquí estoy para ti, para apoyarte, secar tus lágrimas, respetar tu soledad y tus silencios. Ayudar a levantarte y seguir.
Y si sale bien, aquí estoy para compartir tus risas, tu dicha, tu gozo, tu libertad.
No dejes que tu pasado te consuma o tus temores te llenen de demonios; no dejes que gane el insomnio o el orgullo pese más que tu felicidad.
Ve por una vuelta más, si es necesario caer de nuevo, cae sin miedo, las rodillas lastimadas tarde o temprano sanan.
Muere de amor, di lo que sientes, lo que quieres; abraza tu propio valor y no lo dejes ir. Llénate de amor, por ti misma, por él o ella, por eso que te apasiona y hoy ves inalcanzable; siéntelo, ahí esta, ignorando el miedo.
Muere de amor por que no vale la pena vivir en el “quizás”.
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