Susana Thénon, hija del psicoanalista Jorge Thénon, nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en 1935. Estudió en la Universidad de Buenos Aires en la que obtuvo la licenciatura en Letras en 1964; pero también cantaba lunfardo, traducía tangos y boleros al latín, y durante años se dedicó de manera intensa a la fotografía.
En el documental Biografías de la Literatura, del Canal Encuentro, se le describe como una chica flaca, relativamente alta, algo desgarbada y dominada por la timidez. Era lesbiana, aunque nunca hizo pública su preferencia sexo-afectiva, ésta se delataba sin rubores en su poesía.
No buscaba protagonismo, no parecía estar interesada en pertenecer al circuito literario de la época, por ello, afirma María Negroni, que era una poeta huérfana y sigilosa. Publicó su primer libro Edad sin tregua en 1958, un año más tarde Habitante de la nada, y al siguiente junto a Alejandra Pizarnik publicó en la Revista Literaria Agua viva. Más tarde aparecería De lugares extraños (1967), Distancias (1984) y su última y más conocida obra titulada Ova completa (1987).
Fue diagnosticada con cáncer en el cerebro, lo cual la llevó a recluirse en su casa bajo una total oscuridad, en la que murió en 1991 a los 56 años. Su poesía de carácter feminista se erige hoy tan vigente como cuando fue escrita, rescata el derecho al placer, reclama la posibilidad del deseo no permitido, para afirmarse en el amor propio, exige la libertad, pero también denuncia la violencia contra la mujer y su fatídico desenlace en la muerte.
Te invitamos a conocer a esta poeta que no quiso vivir rota y poseída:
“Ella”
De madrugada
(ella se tocó las manos).
De madrugada, apenas.
Ella recuerda que nada importa
aunque su sombra siga corriendo
alrededor de la noche.
Algo se detuvo en algún momento,
algo marchaba débilmente
y se detuvo en algún momento.
Ella tembló como un sonido
congelado entre los labios de un muerto.
Ella se deshizo como un recuerdo
convocado hasta la saciedad.
Ella se inclinó sobre su respiración
y comprendió que aún vivía.
Se tocó la libertad
y la dejó escurrirse como una pequeña noche.
Se anudó la angustia alrededor del cuello
y recordó su color extraviado.
Ella mordió a ciegas en la oscuridad
y escuchó gritar al silencio.
Y aprendió a reírse
del olor a tiempo que despedía su sangre.
De noche
(ella se cortó las manos).
De noche, apenas.
Ella recoge su pequeño crepúsculo.
Ella sueña en la erección de la rosa.
“Habitante”
Eres habitante
de mis deseos prohibidos.
Tu ritmo se levanta
cerca de mi latido más tenue.
Tu credencial
es un gemido.
**
¿Por qué grita esa mujer?
¿Por qué grita?
¿Por qué grita esa mujer?
Andá a saber
Esa mujer ¿por qué grita?
Andá a saber
Mirá que flores bonitas
¿Por qué grita?
Jacintos margaritas
¿Por qué?
¿Por qué qué?
¿Por qué grita esa mujer?
¿Y esa mujer?
¿Y esa mujer?
Vaya a saber
Estará loca esa mujer
Mirá mirá los espejitos
¿Será por su corcel?
Andá a saber
¿Y dónde oíste
la palabra corcel?
Es un secreto esa mujer
¿Por qué grita?
Mirá las margaritas
la mujer
espejitos
pajaritas
que no cantan
¿Por qué grita?
Que no vuelan
¿Por qué grita?
Que no estorban
la mujer
y esa mujer
¿Y estaba loca mujer?
Ya no grita
(¿Te acordás de esa mujer?).
“La antología”
¿Tú eres
la gran poetisa
Susana Etcétera?
mucho gusto
me llamo Petrona Smith-Jones
soy profesora adjunta
de la Universidad de Poughkeepsie
que queda un poquipsi al sur de Vancouver
y estoy en la Argentina becada
por la Putifar Comissión
para hacer una antología
de escritoras en vías de desarrollo
desarrolladas y también menopáusicas
aunque es cosa sabida que sea como fuere
todas las que escribieron y escribirán en Argentina
ya pertenecen a la generación del 60
incluso las que están en guardería
e inclusísimamente las que están en geriátrico
pero lo que importa profundamente
de tu poesía y alrededores
es esa profesión –aaah ¿cómo se dice?–
profusión de íconos e índices
¿tú qué opinas del ícono?
¿lo usan todas las mujeres
o es también cosa del machismo?
porque tú sabes que en realidad
lo que a mí me interesa
es no sólo que escriban
sino que sean feministas
y si es posible alcohólicas
y si es posible anoréxicas
y si es posible violadas
y si es posible lesbianas
y si es posible muy muy desdichadas
es una antología democrática
pero por favor no me traigas
ni sanas ni independientes.
“No” (extracto)
Me niego a ser poseída
por palabras, por jaulas,
por geometrías abyectas.
Me niego a ser
encasillada,
rota,
absorbida.
“Canto nupcial”
Me he casado
me he casado
me he dado el sí
un sí que tardó años en llegar
años de sufrimientos indecibles
de llorar con la lluvia
de encerrarme en la pieza
porque yo —el gran amor de mi existencia—
no me llamaba
no me escribía
no me visitaba
y a veces
cuando juntaba yo el coraje de llamarme
para decirme: hola, ¿estoy bien?
yo me hacía negar
llegué incluso a escribirme
en una lista de clavos
a los que no quería conectarme
porque daban la lata
porque me perseguían
porque me acorralaban
porque me reventaban
al final ni disimulaba yo
cuando yo me requería
me daba a entender
finamente
que me tenía podrida
y una vez dejé de llamarme
y dejé de llamarme
y pasó tanto tiempo
que me extrañé
entonces dije
¿cuánto hace que no me llamo?
añares
debe de hacer añares
y me llamé y atendí yo
y no podía creerlo
porque aunque parezca mentira
no había cicatrizado
sólo me había ido en sangre
entonces me dije: hola, ¿soy yo?
soy yo, me dije, y añadí:
hace muchísimo que no sabemos nada
yo de mí ni mí de yo
¿quiero venir a casa?
sí, dije yo
y volvimos a encontrarnos
con paz
yo me sentía bien junto conmigo
igual que yo
que me sentía bien junto conmigo
y así
de un día para el otro
me casé y me casé
y estoy junta
y ni la muerte puede separarme.
“Ahora”
La vida es prosa
coagulada en barro,
en piel,
en rojo tumefacto.
La vida es esta cosa doméstica
que manoseo todos los días
con indiferencia,
con la pasividad de un ave de corral,
sin sueños.
La vida no tiene ese color
que se presiente de lejos,
nos hipnotiza
con su arco iris
de impúdica esperanza.
¿Y después, después qué?
Pero ahora pienso
en la vida.
Esa prostituta.
“Más allá”
Remontar tu violento misterio
más allá de la sangre,
más allá del olvido,
lejos, hasta el confín del tiempo.
Saberte, amaneciendo
en la tarde sonora,
en el hondo sabor
de tus piernas,
irguiendo mi beso
en tu boca indefensa,
abriendo tus puertas,
lamiendo tus playas secretas
con furor de marea creciente.
Descubriendo la rosa en tu lengua,
tu roja bandera.
Arrancando de cuajo las horas,
naciendo en secreto.
**
Dame la libertad,
abre las puertas de mi jaula,
dame ser aire, espacio:
extraño el mar, tengo sed de su mirada,
tan alto es mi deseo
que como un techo él desciende sobre esta cárcel.
“Las mujeres poetas”
Las poetas mujeres
tenemos que juntarnos
para salir
para enfrentar
la humanidad hostil
pero hay que hacerlo con dulzura
¡Femineidad!
las poetas mujeres
hemos de unirnos
para vencer
a poemazo limpio
aunque nos tiren la casa abajo
a pedradas
a pleonasmos
las mujeres poetas
debemos mantenernos codo a codo
pero sin codearnos
mano a mano
pero sin manosearnos
check to check
pero sin chequearnos
y teté a teté
pero sin pecharnos
muy difícil
las mujeres poetas
hemos de divorciarnos
¿y de quién? ¿y de quién?
de las poetas mujeres
hombres no hay hace rato.
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También te invitamos a leer los poemas de Alaide Foppa para las mujeres cansadas de complacer a los demás y los poemas de Oriette D’Angelo para entender por qué las mujeres crecemos rotas y heridas
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Las fotografías que acompañan el artículo pertenecen a la artista Javiera Estrada.