Hay mujeres y hombres que pertenecen a la especie de los corazón coraza. Son los que se resisten al amor, a ser seducidos, a entregarse a ti, a él, a mí; son los que se niegan a ser conducidos con todo tipo de palabras hermosas a los labios de quien los pretenden. Los corazón coraza son seres salvajes y a la vez luminosos. Pero su brillo no es torpe ni mucho menos gratuito, es caprichoso y duro; se reservan sólo a los que, como ellos, buscan la independencia como único destino para el amor. No es que tengan miedo de éste, sino que aspiran a algo que el amor no es capaz de ofrecerles. Los corazón coraza son los que quiebran corazones de ingenuos enamorados y los esparcen por el violento vendaval que es el destino. Femme fatales u oscuros caballeros que viajan por la vida a su ritmo y bajo sus propias leyes.
El afamado poeta uruguayo Mario Benedetti supo detectar a esta especie y quiso derrumbar esas almas impenetrables por medio de un poema titulado precisamente “Corazón coraza” donde le dice, le ruega, le implora a esa mujer de belleza indescriptible que le dé una oportunidad de traspasar su alma y hacerle ver que la ama. Al igual que él, otros poetas se dieron a la tarea de escribirles a esos corazones de hierro con la intención de abrir un hueco en ellos.
Si en tu radar de conquista está un corazón coraza tal vez sea buena idea que acudas a las palabras de otros para ablandar esa armadura que se ha resistido a tus cortejos. No pierdes nada con intentar penetrar sus sentimientos y hacerle ver que estás dispuesto a todo con tal de estar a su lado…
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“El futuro”
Julio Cortázar
Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré, amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.
El duelo de no tener a la persona deseada se traduce en palabras de pérdida y resignación. Pero tú que estás a la caza de una persona con corazón coraza la podrás desarmar cuando sepa que tus recuerdos le pertenecerán a pesar de que decida no darte la oportunidad de probar su cuerpo, sus labios. Sin embargo, recuerda que hay una palabra que se llama esperanza y ésta puede ser más fuerte que toda armadura.
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“Viceversa”
Mario Benedetti
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte
tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte
tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte
o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.
Sin hay un poema para penetrar las murallas de una persona que se niega a salir contigo o a darte la oportunidad de hablar con ella es éste. Cuando sepa lo jodido que estás por no tener acceso a su corazón, éste se ablandará un poco y te dará una de sus mejores sonrisas. Preséntale este hermoso poema, dile que eres radiante cuando la ves, pero que te jode no pasear a su lado y su resistencia se vencerá.
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“Poema XVIII”
Pablo Neruda
Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento, quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre
La imposibilidad de acceder al mundo de la persona fría e indiferente a tus cortejos se respira en este poema del gran Neruda. Sin embargo, las letras pueden vencer esa distancia abismal que te separa de los ojos a los que deseas mirar todos los días con reverencia. Entrega estas palabras en una fecha especial a la persona cuyo corazón quieres alcanzar y observa su reacción: ni el más cruel invierno podrá resistirse al calor de esta obra.
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“Amor eterno”
Gustavo Adolfo Bécquer
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Si amas a alguien de verdad no habrá poder humano ni natural que te impida luchar por ella o él, pese a todas las desventajas que pudieras ver en tu misión. Como dice Becquer: «¡todo sucederá!», si estás preparado para que ese corazón sea en verdad tuyo. Invita una cena a tu corazón coraza, imprime este poema, colócalo sobre la mesa y haz que lo lea. Sus resistencias serán polvo cuando lea las palabras de uno de los poetas del romanticismo más afamados de la historia.
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“Soñé que tú me llevabas”
Antonio Machado
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!…
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!
Amas tanto a esa mujer de frío corazón que hasta has soñado con ella. En ese momento has sido el individuo más feliz del mundo. Es obvio, ¡por un momento sentiste que esos besos y esa mano eran tan reales y tan tuyas! Cuando le digas a tu amor platónico que ella invade tus sueños, su mundo se revolverá y su opinión sobre ti puede que cambie. Haz que se enamore de ti. Haz que el milagro ocurra. Haz que el corazón coraza se destroce.
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“Absoluto amor”
Efraín Huerta
Como una limpia mañana de besos morenos
cuando las plumas de la aurora comenzaron
a marcar iniciales en el cielo. Como recta
caída y amanecer perfecto.
Amada inmensa
como un violeta de cobalto puro
y la palabra clara del deseo.
Gota de anís en el crepúsculo
te amo con aquella esperanza del suicida poeta
que se meció en el mar
con la más grande de las perezas románticas.
Te miro así
como mirarían las violetas una mañana
ahogada en un rocío de recuerdos.
Es la primera vez que un absoluto amor de oro
hace rumbo en mis venas.
Así lo creo te amo
y un orgullo de plata me corre por el cuerpo.
La confesión máxima de un valiente enamorado a un corazón coraza que no teme las repercusiones de decirle a esa mujer u hombre cuán grande es su deseo y cómo en el rocío de la mañana su rostro se dibuja en la ventana. Un enamorado que está convencido de sus sentimientos, como de que el mundo es redondo o que la muerte es la única acción segura que un ser humano tiene.
Para vencer hoy, mañana y siempre a la especie de los corazón coraza hay 11 poemas cortos para por fin enamorar a la persona que tanto te gusta. Una vez que hayas conseguido que su corazón sea más caliente que el fuego y más blando que la miel le puedes dedicar unos poemas para cucharear y otras cosas que quiero decirte al oído.