Si algo hemos aprendido de la poesía es que, incluso en los momentos más difíciles o dolorosos de nuestras vidas, podemos encontrar la belleza que necesitamos para aminorar el dolor.
Jamás podremos complacer a todos y el amor nunca nos alcanzará para estar bien con todo el mundo. Ni siquiera los dioses, dueños de todos los poderes que existen en el Universo, han podido escapar del manto tan terrible del desamor. Sin embargo, siempre terminan vengándose de una u otra manera; apenas como ejemplo tenemos a Poseidón y su amor fallido por Medusa, a quien, ante su inmenso desprecio decidió privar de su belleza para convertirla en un horrible monstruo capaz de destruir a cualquier hombre. Todo ello con tal de mantenerla sufriendo constantemente, siempre con el corazón roto a fuerza de no poder amar a nadie nunca más.
Los humanos, quizá un poco más sensibles, también son capaces de romper un corazón. Sin embargo, a diferencia de los dioses cuyas decisiones son irrevocables, nosotros tenemos un pequeño defecto: la culpa. Simplemente ver una lágrima rodar por la mejilla de alguien, nos conmueve profundamente. Es por ello que aunque tengamos que romper un corazón para asegurar el bienestar del nuestro, siempre trataremos de encontrar la forma de que el golpe no sea tan fuerte.
Encontrar un dolor que al mismo tiempo resulte delicado, no es una tarea sencilla; no obstante, tampoco representa un imposible. Podemos decir que de todas las cosas que nos ha enseñado la poesía, encontrar la belleza incluso en los lugares más absurdos es una de las más importantes. Por esta razón, vale la pena intentar amortiguar el peso del desamor con un poema a modo de que éste no sea el peor de los golpes.
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"Al separarnos"
Salvador Díaz Mirón
Nuestras dos almas se han confundido
en la existencia de un ser común,
como dos notas en un sonido,
como dos llamas en una luz.
Fueron esencias que alzó un exceso,
que alzó un exceso de juventud,
y se mezclaron, al darse un beso,
en una estrella del cielo azul.
Y hoy que nos hiere la suerte impía,
nos preguntamos con inquietud:
¿cuál es la tuya? ¿cuál es la mía?
Y yo no acierto ni aciertas tú.
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"Mi voz"
Oscar Wilde
En este mundo inquieto, moderno, apresurado,
tomamos todo aquello que nuestro corazón deseaba -tú y yo,
y ahora las velas blancas de nuestro barco están arriadas
y agotada la carga del navío.
Por ello, prematuras, empalidecen mis mejillas,
pues el llorar es mi contento huido
y el dolor ha apagado el rosa de mi boca
y la ruina corre las cortinas de mi lecho.
Pero toda esta vida atiborrada ha sido para ti
solamente una lira, un laúd, el encanto sutil
del violoncello, la música del mar
que duerme, mímico eco, en su concha marina.
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"Lo inacabable"
Alfonsina Storni
No tienes tú la culpa si en tus manos
mi amor se deshojó como una rosa:
Vendrá la primavera y habrá flores...
El tronco seco dará nuevas hojas.
Las lágrimas vertidas se harán perlas
de un collar nuevo; romperá la sombra
un sol precioso que dará a las venas
la savia fresca, loca y bullidora.
Tú seguirás tu ruta; yo la mía
y ambos, libertos, como mariposas
perderemos el polen de las alas
y hallaremos más polen en la flora.
Las palabras se secan como ríos
y los besos se secan como rosas,
pero por cada muerte siete vidas
buscan los labios demandando aurora.
Mas... ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!
¡Y toda primavera que se esboza
es un cadáver más que adquiere vida
y es un capullo más que se deshoja!
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"Al perderte yo a ti"
Ernesto Cardenal
Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
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"Mi primer amor"
Elías Nandino
El azul es el verde que se aleja
-verde color que mi trigal tenía-;
azul...de un verde, preso en lejanía,
del que apenas su huella se despeja.
Celeste inmensidad, donde mi queja
tiende su mudo velo noche y día,
para buscar el verde que tenía,
verde en azul...allá donde se aleja...
Mi angustia, en horizonte liberada,
entreabre la infinita transparencia
para traer mi verde a la mirada.
Y en el azul que esconde la evidencia:
yo descubro tu faz inolvidada
y sufro la presencia de tu ausencia.
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"Tu mirada"
Walt Whitman
Me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
El cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.
Me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.
Me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazón roto
y cayó recorriendo tu mejilla.
Me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa.
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Poema XVI
Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas,
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de dónde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche
en ira y en piedad se anegó el alma
¡y entonces comprendí por qué se llora!
¡y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor... con pena
logré balbucear breves palabras...
¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me hacía un gran favor... Le di las gracias.
Antes de pasar a otro artículo, deberías considerar guardar bien esta lista, probablemente sin darte cuenta alguien esté intentado romperte el corazón. Después de todo, uno nunca sabe las formas en las que la vida nos sorprende, pero si de algo puedes estar seguro es que la poesía también estará ahí para levantarte.