Ishin denshin significa "de corazón a corazón" y es la manera en la que los japoneses expresan sus emociones prescindiendo de las palabras. Cuando están enamorados, por ejemplo, no necesitan decir "te amo", basta pasar un largo rato en silencio junto con el otro para que, de manera intuitiva, sus corazones se conecten.
El amor no está hecho de discursos cuando es real. Cuando de verdad se ama a alguien, ponerle un nombre a lo que se siente resulta inútil; las palabras no alcanzan porque acotan, encierran, y el amor no sabe de límites, el sentimiento rebasa por completo cualquier intento de definición. ¿Cómo ponerle nombre a la emoción de sonreír juntos de la nada?, ¿cómo llamar a lo que se siente cuando despiertan abrazados después de una larga siesta?, ¿cómo calificar la sensación de besarse hasta que se cansen los labios? Imposible.
Pero, ¿cómo no decirlo? , ¿cómo aguantar la necesidad de ponerle nombre a lo que se siente?, ¿cómo no querer intentar cerciorarse de que el otro sepa la inmensidad de lo que produce? La poesía nos regala una oportunidad para hacerlo. Debido a que ésta no es un discurso en el que las palabras sirvan para definir o limitar, sino que evoca, sugiere, se acerca a la emoción sin demarcarla. Como muestra, los siguientes poemas profundos de amor intenso que pueden dedicarse sólo a quien se ame de verdad:
"Te amo ahí contra el muro destruido"
Te amo ahí contra el muro destruido
contra la ciudad y contra el sol y contra el viento
contra lo otro que yo amo y se ha quedado
como un guerrero entrampado en los recuerdos
Te amo contra tus ojos que se apagan
y sufren adentro esta superficie vana
y sospechan venganzas
y muertes por desolación o por fastidio
Te amo más allá de puertas y esquinas
de trenes que se han ido sin llevarnos
de amigos que se hundieron ascendiendo
ventanas periódicas y estrellas
Te amo contra tu alegría y tu regreso
contra el dolor que astilla tus seres más amados
contra lo que puede ser y lo que fuiste
ceremonia nocturna por lugares fantásticos
Te amo contra la noche y el verano
contra la luz y tu semejanza silenciosa
contra el mar y septiembre y los labios que te expresan
contra el humo invencible de los muertos.
Homero Aridjis
"Divagación" —fragmento—
Ámame japonesa, japonesa
antigua, que no sepa de naciones
occidentales; tal una princesa
con las pupilas llenas de visiones,
que aun ignorase en la sagrada Kioto,
en su labrado camarín de plata
ornado al par de crisantemo y loto,
la civilización del Yamagata.
O con amor hindú que alza sus llamas
en la visión suprema de los mitos,
y hacen temblar en misteriosas bramas
la iniciación de los sagrados ritos.
En tanto mueven tigres y panteras
sus hierros, y en los fuertes elefantes
sueñan con ideales bayaderas
los rajahs, constelados de brillantes.
O negra, negra como la que canta
en su Jerusalén al rey hermoso,
negra que haga brotar bajo su planta
la rosa y la cicuta del reposo...
Amor, en fin, que todo diga y cante,
amor que encante y deje sorprendida
a la serpiente de ojos de diamante
que está enroscada al árbol de la vida.
Ámame así, fatal cosmopolita,
universal, inmensa, única, sola
y todas; misteriosa y erudita:
ámame mar y nube, espuma y ola.
Sé mi reina de Saba, mi tesoro;
descansa en mis palacios solitarios.
Duerme. Yo encenderé los incensarios.
Y junto a mi unicornio cuerno de oro,
tendrán rosas y miel tus dromedarios.
Rubén Darío
"Amor el más oscuro "
Aquí comienzo a amarte,
en estos muros clarísimos,
en esta ciudad cálida al tiempo de las lluvias.
(¿Dónde estás ahora,
esta primavera tarde que pienso en ti?
¿Dónde estás, ignorándolo todo?)
Aquí te descubro
inalcanzable y triste.
Dime qué pasos te trajeron a estas tierras,
cómo abandonaste tu gracia de elegido,
tu ministerio de humildad;
qué suplicios te agobian desde entonces
que violentan tu rostro
y vierten en tu voz la nostalgia y la ira.
Dime en qué forma eres vulnerable
o ganas la lucidez en un momento.
Qué caminos dejaste,
qué expiación te vence y te despoja,
qué caminos seguiste para llegar aquí,
desconocido y hermoso,
donde yo te amo.
Elsa Cross
"Mi amor por ti es mucho más que amor"
Mi amor por ti es mucho más que amor,
es algo que se amasa día a día,
es proyectar tu sombra junto a mí,
hacer con ellas una sola vida.
Las miradas que ya al conocer
se hablan entre sí en la distancia,
no hacen falta palabras...qué más da!
si ya interpretamos lo que claman.
Los mil detalles que tienes tú por mí,
mi descaro al advertir en lo que fallas,
el sincerarme cuando hay que decir
lo que sinceramente no se calla.
Mi amor por ti es mucho más que amor.
Mi amor por ti es como una nevada,
un torrente de luz, algo tan bello...
como ponerse el sol o amanecer el alba.
Roque Dalton
"Tu voz habla amorosa"
Tu voz habla amorosa
Tan tierna habla que me olvido
de que es falsa su blanda prosa.
Mi corazón desentristece.
Sí, así como la música sugiere
lo que en la música no está,
mi corazón nada más quiere
que la melodía que en ti hay...
¿Amarme? ¿Quién lo creería? Habla
con la misma voz que nada dice
si eres una música que arrulla.
Yo oigo, ignoro, y soy feliz.
Ni hay felicidad falsa,
mientras dura es verdadera.
¿Qué importa lo que la verdad exalta
si soy feliz de esta manera?
Fernando Pessoa
"Absoluto amor"
Como una limpia mañana de besos morenos
cuando las plumas de la aurora comenzaron
a marcar iniciales en el cielo. Como recta
caída y amanecer perfecto.
Amada inmensa
como un violeta de cobalto puro
y la palabra clara del deseo.
Gota de anís en el crepúsculo
te amo con aquella esperanza del suicida poeta
que se meció en el mar
con la más grande de las perezas románticas.
Te miro así
como mirarían las violetas una mañana
ahogada en un rocío de recuerdos.
Es la primera vez que un absoluto amor de oro
hace rumbo en mis venas.
Así lo creo te amo
y un orgullo de plata me corre por el cuerpo.
Efraín Huerta
"La forma de querer tú"
La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: Jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
Pedro Salinas
"Menos tu vientre todo es confuso"
Menos tu vientre todo es confuso.
Menos tu vientre todo es futuro
fugaz, pasado baldío, turbio.
Menos tu vientre todo es oculto,
menos tu vientre todo inseguro,
todo es postrero polvo sin mundo.
Menos tu vientre todo es oscuro,
menos tu vientre claro y profundo.
Miguel Herández
"Cualquiera diría al verte"
Cualquiera diría al verte
que los catastrofistas fallaron:
no era el fin del mundo lo que venía,
eras tú.
Te veo venir por el pasillo
como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
—en mi vida—
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa del barrio.
Te sientas
y lo primero que haces es avisarme:
No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.
Y yo sonrío
y te beso la espalda
y te empaño los párpados
y tu escudo termina donde terminan las protecciones:
arrugado en el cubo de la basura.
Y tú sonríes
y descubres el hormigueo de mi espalda
y me dices que una vida sin valentía
es un infinito camino de vuelta,
y mi miedo se quita las bragas
y se lanza a bailar con todos los semáforos en rojo.
Beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.
Tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos abiertos.
Y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
No te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Madrid
y te quiero conmigo en cada esquina.
Si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.
Elvira Sastre
"Tiempo muerto"
Ha sido un día raro. Estás tumbada
junto a mí.
Casi puedo escuchar la marea
de la sangre en tu piel
y el deseo que llena tus manos de leones.
Luego, apagas la luz.
La noche salta
como un pez de tu corazón al mío.
Y sin embargo hay algo.
En realidad
no sé qué es.
Pero aquí está.
Es extraño:
de repente, me digo: -Cada hombre
lleva una pala para cavar su propio Infierno.
Me pregunto qué he visto,
dónde estaba,
la razón; imagino
la tarde entera: el bar cerca de la autopista,
la ciudad
debajo de la lluvia igual que un barco hundido;
y algo que yo te dije
y algo que tú dijiste: -Si no sabes
por qué lo has hecho, nunca sabrás por qué ha pasado.
Pero no veo nada,
ningún dato,
ninguna relación con el Infierno.
Entonces
miro adelante, busco
las palabras que tienen lo que quiero decir.
Y ahí tampoco hay nada:
Hay la azotea roja;
hay el gato que atrapa un pájaro y devora lentamente mis ojos.
Tú sigues a mi lado.
Tu corazón golpea dentro de la mujer
dormida, igual que un perro ladrándole a las tumbas.
Me pregunto,
después de tantas cosas,
cuando cada hora quema
su selva entre mis manos,
me pregunto
qué es lo que sé de ti;
si tal vez, como dice Marianne Moore, lo importante
de lo que vemos es lo que no vemos.
Y no encuentro respuestas.
Ni caminos
por qué volver.
Enciendo
una luz,
abro el libro,
cierro el balcón.
La noche
se reúne a sí misma, se marcha de nosotros
con su cielo vacío,
con su dios que se lleva
algo de nuestras vidas a su ciudad deshecha.
Abro el libro
mientras que en el tejado se mueve la serpiente
azul del agua
y sigues
junto a mí
y por tu corazón se alejan los tambores
y escribo la palabra árbol y en ese árbol
crece
tranquilamente
la palabra naranja.
Benjamín Prado
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Amar es un a palabra breve y, sin embargo, compleja como pocas. ¿Cómo es que alguien puede pretender que el sentimiento de plenitud y entrega más sublime que puede vivir cualquier ser humano puede caber en 4 letras?
El amor no se dice, se hace, es verdad. Sin embargo, la urgencia de llamarlo por algún nombre, de intentar explicarle al otro —y a uno mismo— qué significa esa revoltura en el estómago, ese palpitar cardiaco, esa felicidad que sale de quién sabe dónde, es necesario usarlas. La poesía afortunadamente, nos ayuda a hacerlo. Y extrañamente, aunque se sirve de palabras, las trasciende hasta llegar a la profunda —e indescriptible— emoción.
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