Este poema es para aquellos que anhelan el pasado, esos que desean que todo sea como antes; para aquellos con el corazón roto, para todos lo que cayeron en la costumbre y el alma les duele, para los que necesiten que la persona amada regrese pero no encuentran las palabras para expresarlo…
Y ahí estaba yo, parada de puntas para alcanzar tus labios y sentir el cielo.
Fui tu otoño cuando te sobraban hojas.
Tu verano cuando necesitabas un abrazo.
Tu océano cuando requerías distancia.
Y no sé si dependa de mi fuerza o tu pureza,
tu cinismo y mi lealtad,
tu sinceridad y mi cegues.
No me enamoré de tus sentimientos, ni de tus palabras falsas, ni tus actos sin valor.
Me enamoré de algo que perdurara.
Como tu voz que retumba dentro de mí durante días enteros, el misterio de lo que en realidad quería decir tus ojos y gritar tu sonrisa, expresar tu piel.
Eres un indicio tras otro que no lleva a ningún tesoro.
Fuiste la verdad que nunca quise escuchar.
La ilusión que siempre prefería saltar.
Y mis labios de terciopelo siempre complacieron tus deseos.
Por favor vuelve, aunque sea con mentiras, aunque sea con ilusiones.
Sólo vuelve.
Aunque exista fuego en la sangre y espinas en la belleza.
Vuelve y enséñame a hablar tu idioma y te adiestraré a leer mis palabras.
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Cuando fallamos en algo importante nos queda un sabor amargo y una opresión en el pecho; sin embargo, la poesía siempre no salva y nos ayuda a sobrellevar las adversidades, por eso estos poemas para las mujeres que conocen el dolor que produce el fracaso te harán sentir mejor.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Natalie Alien.