Como piezas en un rompecabezas, sólo podemos ver la escena completa de lo que somos en la medida en la que conectamos todo, aunque estemos rotos, aunque no siempre encajemos con precisión. En el siguiente texto de Renata Tapia, la protagonista se descubre a sí misma frente al espejo, completa al fin.
ERES FUERTE, CRÉELO
Hoy desperté después de escuchar varias alarmas en mi celular. “Lunes, de nuevo”. Por fin pude poner los pies fuera de la cama y comencé a caminar rumbo al espejo con cansancio y un poco de miedo. Me paré frente a él y sólo me miré por unos cuantos minutos. Estaba sola como todos los lunes y todos los días, pero algo era diferente: me reconocí. Me reconocí y fue entonces que sonreí.
Me sonreí. Ahí estaba yo. Al fin pude abrazarme y sonreírme. Después de llorar tantas veces hasta el cansancio, al fin pude conseguirlo. Me recordé a mí misma todos los motivos que me levantan, todas las razones que me impulsan y todo lo bueno que hay en mí.
“Qué bonita estás cuando te quieres”, me dije. “Deberías hacerlo todos los días”. Arreglé mi cabello, preparé mi desayuno favorito, tomé un café con leche y al terminar mi rutina matinal me miré una vez más al espejo. “Eres fuerte, créelo”, me repetí tres veces más antes de salir a la calle, decidida a cambiar mi realidad.
Existir y vivir no son sinónimos. Hoy me di cuenta que estamos aquí para brillar todos los días, para explotar nuestras capacidades, para creer y crear, para crecer y ayudar a otros a crecer, para enamorarnos del cielo y de la lluvia que de repente hace de las suyas.
La suerte está de mi lado. Todo lo bueno es posible. No dejaré que nadie me diga que es muy difícil, que no lo merezco, que no soy suficiente, porque no es cierto, porque si quiero, puedo. Soy feliz. Soy amada. Soy fuerte y puedo con esto y con mucho más.
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