La lectura de la personalidad nada tiene que ver con prácticas esotéricas o sobrenaturales. Tampoco obedece a timos que sólo persiguen convencer absurdamente de algo a alguien, llámese culpa, orgullo o vergüenza. Dicho estudio comenzó propiamente en el siglo XX y desde entonces encontramos pruebas de esta índole incluso en las revistas de moda u opinión. En las primeras décadas, los psicólogos desarrollaron una suerte de test mentales para darle solución a problemas prácticos que eran considerados urgentes y con el paso del tiempo se formalizaron hasta convertirse en lo que conocemos actualmente o en estudios que integran la psique con el físico de una persona.
Puede parecer que en muchos casos el veredicto es arbitrario, pero también debemos considerar que mediante estas pruebas es posible hallar que todas las partes del humano están relacionadas, que el organismo del hombre es un todo y que algunas tendencias a ciertas reacciones o actos encuentran su símil o explicación en otra cosa que puede hacer más claro su entendimiento.
De esta forma, podemos hacer una relación entre aquello que nos gusta hacer o admirar con la manera como nos conducimos o motivamos. Por ejemplo, quién es nuestro autor favorito o el género literario que amamos leer puede arrojar cierta información de nuestro carácter y las respuestas que damos ante la vida.
Por ello, podemos hacer una conexión entre el comportamiento que nos caracteriza con un personaje de la literatura o viceversa. A continuación, podemos jugar un poco con esa información y rastrear, de acuerdo a esa figura que nos fascina, un hilo que guíe a nuestra persona con las andanzas de esta otra.
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Don Quijote
Por mencionar a uno que sea tremendamente clásico, el ingenioso hidalgo de la Mancha nos puede decir que eres alguien soñador, que lucha incansablemente por sus propios ideales aun cuando estos escapen de la realidad común y no sabes detenerte cuando has encontrado a un amor que te sirva como impulso para cualquier cosa.
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Otelo
Hay ocasiones en las que los celos no te dejan vivir; además, la preocupación obsesiva por perder todo eso que tanto trabajo te ha costado labrar puede llevarte a lapsos de completa irracionalidad. Sueles dejarte llevar por las impresiones en vez de los hechos.
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Pedro Páramo
Lamentamos decírtelo, pero si este personaje de Rulfo es tu fascinación, hay altas probabilidades de que seas alguien con tanta ambición que a veces pierde la cabeza o los principios ante esa idea de poder obtenerlo todo. También podríamos pensar en rasgos de corrupción, engaño o falta de piedad.
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Pollyanna
Te pasas idealizando situaciones o experiencias que no han llegado y que incluso no sabes si llegarán; sueles ser tan amable, pensando que el mundo sabrá retribuirte esas cosas que le has brindado, que eres un blanco fácil para la traición. Aunque eso poco importa, tu exceso de optimismo (casi enfermizo) siempre te ayuda a seguir.
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Rodión Raskólnikov
Si encuentras demasiada afinidad con este personaje de Dostoyevski, sueles pensar que nadie tiene una mente como la tuya, que nadie merece tanto como tú y que cualquier acción se puede llegar a justificar siempre y cuando obedezca a tus propias determinaciones.
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Lady Macbeth
Eres un ser completamente shakespeariano. Durante mucho tiempo se ha estudiado la personalidad de esta mujer y podríamos decir que si de verdad encuentras en ella prácticamente un alma gemela, tienes algo de neurosis corriendo por tus venas y esa sed psicótica de alcanzar el poder llega a corromper tus actos.
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Alicia
No. No hay posibilidad de escapar a otras tierras extraordinarias por arte de magia. Ese afán tuyo de pensar que cosas buenas vendrán y en algún momento algo maravilloso te tomará por sorpresa para enseñarte a vivir, te lleva a una inacción que no te deja en paz. Está bien soñar, pero no lo hagas en exceso.
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Demian
Cuando los demás voltean a verte, saben que hay algo muy especial en ti, pues sueles preocuparte demasiado por tu intelecto, tu imagen y tu comportamiento. Esa combinación hace que muchos se obsesionen con tu figura y encuentren en ti todo eso que siempre han anhelado.
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Madame Bovary
¿Por qué sueles quejarte de todo? Los grados de insatisfacción que presentas no sólo son cansados para ti, las personas que te quieren y te acompañan ya no saben qué hacer contigo. Es obvio que te aprecian, pero tu compañía es la mayor de las veces una carga a la cual no saben si renunciar o apoyar. No lo sigas haciendo tan difícil, por favor.
“Lo propio del hombre es realizar sucesivamente su esencia, y la esencia de nuestra estirpe es la personalidad creadora de los valores”.
Antonio Caso
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