Con apenas 19 años de edad y muchos sueños por delante, Mario Vargas Llosa decidió unir su vida a la de una mujer que amaba con locura. Cuando la vio, supo que ella era con la que quería estar. Sus ojos le alegraban el día, en especial cuando necesitaba inspiración para alguna novela. Ella tenía que decirle “hola” para que el joven Vargas se rindiera a sus pies. Sin embargo, algo lo detenía: era su tía política, 10 años mayor que él.
Aun con ello, intentó no tener en su corazón ese estigma y poco después la mujer terminó perdidamente enamorada del chico que escribía por horas y que lo hacía de manera excepcional. Así, en 1955 contrajeron matrimonio Mario Vargas Llosa y Julia Urquidi. La inspiración de la mujer era tal que Vargas Llosa escribió una novela llamada La tía Julia y el escribidor, misma que cuenta su historia con la mujer que le habría de enseñar a amar de verdad. En la novela se pueden ver los guiños a la historia, aunque también es una narración sobre todas sus experiencias adolescentes y cómo fue que inició en el amor, ya que como todo ser humano, tenía su propia perspectiva de este sentimiento.
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De igual forma, cuenta la manera en que un romance nace, se desarrolla y finalmente muere, porque si algo deja claro Vargas Llosa en sus novelas es que el amor no es eterno ni único. Claro que se puede perder la cabeza por alguien, llorar hasta que los ojos se cierren solos y apretar los puños de impotencia, pero eso no significa que sea la única forma de amar. Se puede amar de lejos, en secreto, con vacío, en crisis o sólo carnalmente. El amor viene de diferentes maneras y en muchas ocasiones, no es un sentimiento de una vez. Por ello, sus novelas están repletas de situaciones en las que el amor se manifiesta en las travesuras de una niña mala y la rebeldía en cinco esquinas. Es decir, en muchas situaciones que puedes leer en sus novelas más perversas y rebeldes.
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El pez en el agua (1993)
Vargas Llosa se rebela en este texto, mismo que le sirvió de ensayo personal para retractarse consigo mismo cuando intentó convertirse en presidente de Perú. Se postuló como candidato pero no lo consiguió, por lo que decidió volver a Europa, lugar en el que residía antes de intentar una carrera política. Sin embargo, su enojo es tal que decide quitar las máscaras a personajes de la política peruana, mismos que no hicieron reclamo alguno al respecto.
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Pantaleón y las visitadoras (1973)
Basada en hechos reales, narra la historia de un grupo de mujeres que servían como sexoservidoras en la Amazonia Peruana, donde sus principales clientes eran los soldados del ejército. Vargas Llosa se queja no sólo de la tiranía y explotación de las “visitadoras”, también lo hace de algunos males como el nacionalismo, la religión y el militarismo, los cuales siguen presentes en la sociedad. Es una novela en la que, a través del sexo, explica algunos de los problemas más profundos y severos de Perú.
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Los cuadernos de don Rigoberto (1997)
El erotismo es mal visto por muchas personas. Para Vargas Llosa es una forma de dignificar el sexo a través de metáforas y comparaciones con situaciones poco usuales que hacen de éste un gran escaparate para la vida. En esta novela, Rigoberto anota y dibuja todo lo que se le ocurre en una libreta en la que, más que garabatos y frases sueltas, ha puesto su sentir respecto a la traición de su esposa, quien tuvo que ver con alguien muy cercano a don Rigoberto. Es un texto erótico en el cual explica cómo y por qué extraña a su esposa, pero también la forma en que intenta superarla a través de la fantasía para dejar de lado la banalidad que evoca el sexo.
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Cinco esquinas (2016)
De nueva cuenta, la rebeldía de Vargas Llosa se hace presente en este libro en el que dos amigas de edad madura se encuentran en una situación erótica, misma que se muestra como un historia policial que sirve para denunciar los abusos de Fujimori y su dictadura en Perú, la cual fue vista de lejos y de cerca por el escritor. Denuncia también el amarillismo en la prensa que usó el presidente para poder vencer a su oponentes.
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Travesuras de la niña mala (2006)
El amor adolescente es siempre el más intenso y pasional. Por ello, cuando conoce a Lily, una inmigrante, no puede dejar de pensarla en mil maneras: siendo su novia, su mujer, su amante, su esposa. La mantiene por 40 años en la memoria hasta que la encuentra en uno de los países que visita por su trabajo, pero ella es una mujer que al saberse con una belleza excepcional, se convierte en una persona descarada que sólo se preocupa por tener dinero y ejercer poder. Él, decepcionado y aturdido, trata de complacerla, aunque eso implique también una alta dosis de sexualidad.
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La ciudad y los perros (1962)
A pesar de haberla escrito en los años 60, esta novela aún parece vigente al hablar del machismo al que nos enfrentamos como sociedad. Narra la historia de un grupo de jóvenes alumnos del colegio militar Leoncio Prado que son atacados por otros chicos, haciendo énfasis en su falsa idea de virilidad, misma que no les permite llorar o ser sensibles.
Mario Vargas Llosa se queja, se hace pequeño, se vuelve un hombre fuerte, poderoso y es también un romántico empedernido, pero la realidad es que sus letras han sabido llegar al corazón de las personas que tratan de reivindicar el sexo y la rebeldía a través del erotismo y la lucha, los cuales no descansan. Las novelas de Vargas Llosa son un escaparte para cualquier persona, puesto que puedes hallar una alta dosis de sexo sin caer en el vacío del mismo y de igual manera puedes ser alguien persistente que no se queda callado. Vargas Llosa tiene un poder sobrenatural para evocar al sexo y a la rebelión, o probablemente a ambos, uno a través del otro.
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Estas novelas eróticas te enchinarán la piel al igual que algunos libros eróticos para perderte en la seducción.
