En la mirada que dicta el adiós,
La lágrima que no llega al suelo,
La víspera del último día,
En los colores de tus manos,
En los lunares de tu frente.
Recuérdame
En la copa de vino,
En el diario del sábado,
Bajo la lluvia imaginaria de julio,
Sobre los pedazos de abrazos rotos.
Recuérdame
Junto al piano de Chopin,
Danzando sobre un pie,
Cayendo sobre las derrotas,
Ofertando mi alma de alquiler.
Recuérdame en tus pupilas,
En tus imperfecciones,
En tus partidos labios.
Recuérdame
En mis palabras prestadas,
En tus retos,
En mis rezos.
Recuérdame
Sobre alguna de esas camas,
Sobre la mesada,
Consumiendo tus caricias.
Recuérdame
Es lo único que pido.
Recuérdame
Me he abandonado al olvido…