Dicen que el amor no se comunica, no se pone en palabras, sino que se siente y nos pesa. El siguiente poema de Miguel García es una muestra de que la poesía es lo más cerca que estaremos de explicar el amor y la pasión.
REDENCIÓN SATURADA
Miras fijo el móvil en busca de respuestas. Duerme ya que ese mensaje nunca llegará. Nunca has sabido perder, perderte entre tantos; sin embargo, te encuentras rota, espinada por doquier, con llagas en las entrañas e hirviendo por fuera…
Llora esa niña que se aferra a un quizá, grita la mujer como fiera queriendo tomar su lugar. Entre el sexo convexo y la convulsión pasional viven tus egos, se desprenden del objeto para amar al ser, un ser incompleto, inexistente, insaciable que no es ser sino despojo.
Permíteme ser tu redención, tu redención saturada, aquella que se entrega con el alma, la misma que te permite devorarla en una sola bocanada, esa misma que sin empacho se da a la vida misma. Permíteme ser tu amante y verdugo, tu templo y pastor, tu sonrisa y tu muerte. Permíteme desgarrar tus medias y tu suave corazón; déjame ser el guardián de tu cordura y la llave de tu razón, quien desate tus demonios y los enfrente sin dudar; quien te ame sin importar el tiempo, quien te regale todos sus cosmos, quien comulgue con todos tus rostros.
**
El texto anterior fue escrito por Miguel Ángel García.
**
Escribir y leer poesía es una forma de sanar el alma. Si quieres leer más poemas de amor y desamor, te invitamos a que conozcas a los autores de los poemas para los que se resisten a superar las decepciones y los poemas para los que no quieren olvidar.