Texto escrito por: Helena Lugo y Mariana Reyna
Gracias a que se vive en la era del vacío, ya no se tienen que recorrer miles de kilómetros viajando a Venecia, Cuba o Kassel para ir a una bienal. La primera Biennale Online ofrece el desplazamiento de lo físico a lo virtual; de las salas de exposición a una página de Internet. El arte contemporáneo se democratiza, (hasta donde la “democracia” permite), su dimensión se torna global, no tiene territorio, ni límites geográficos. Así, la Biennale Online se convierte en un espacio en el que artistas, curadores y espectadores comparten la misma plataforma, sin olvidar la calidad de los discursos ni de los artistas.
Reflection and Imagination es el título de la bienal, y no podría ser más honesto. Fue acuñado por Jan Hoet, creador y curador del evento. El “reflejo” alude a las referencias artísticas milenarias como fuente de inspiración, a la bienal como reverberación de muchas anteriores que han ido cambiando con el arte y sus discursos. Por otro lado, la “imaginación” apunta a esa innovación personal en el discurso y la creación de cada artista, y al hecho de que por primera vez existe una bienal en formato digital que cuenta con todos los recursos de una física: curadores que han roto y marcado paradigmas, selección de artistas de acuerdo a discursos nacionalistas y espejos de lo que los creadores contemporáneos quieren recalcar.
La muestra virtual está compuesta por 175 artistas elegidos por 30 curadores de diferentes países de Norteamérica, Sudamérica, Asia, Medio Oriente y Europa. La consigna de la bienal es simple: cada curador seleccionó a cinco artistas cuya propuesta se desarrolla en nuevos medios: fotografía, pintura, escultura, instalación o performance. No se seleccionaron artistas nacidos antes de 1960 ni con obras cotizadas en más de 25 mil dólares. Son creativos emergentes y se encuentran en puntos críticos de su trayectoria. Ellos permiten una mirada nueva a la escena actual del arte contemporáneo en su país natal, a través de una perspectiva internacional.
Los artistas representantes de México fueron seleccionados por Cuauhtémoc Medina, historiador del arte, crítico y curador. Yvonne Venegas, Fritzia Irízar, Manuel Mathar, Edgardo Aragón y el colectivo Teatro Ojo conforman su selección. La clave en la posición de Medina en cuanto a los artistas es clara: d i s l o c a c i ó n. Quiere encontrar salidas y pliegues diferentes de las formas tradicionales contenidas en las corrientes artísticas mexicanas. Uno a uno, los seleccionados buscan trastocar y dislocar sistemas, formatos y narrativas, enmarcados por su contexto político, social e ideológico.
Yvonne Venegas
Yvonne Venegas, mediante la fotografía análoga, crea imágenes definidas por la noción de producto; captura encuadres frívolos de la clase media alta explorando el género del retrato. Muestra los “productos plásticos” de la sociedad y la fabricación de la idolatría dada por los medios de comunicación. Por otro lado se encuentra la sinaloense Fritzia Irízar, quien a través de su obra invierte el valor de cambio, cuestiona el poder adquisitivo y juega con la revalorización económica y simbólica de los objetos cotidianos para integrarlos al arte: fetichiza los objetos evidenciado la relación objeto-concepto excesivo. Ambas muestran de manera distinta cómo factores económicos definen rasgos de la cultura.
Entre los mexicanos seleccionados también está Edgardo Aragón. Él parte de acciones, videos e instalaciones para evidenciar los conflictos sociales y políticos, así como las dislocaciones culturales de una sociedad trágica. Dentro del campo de lo escénico participan el Colectivo Teatro Ojo, que realiza performances en los que se intersecta la memoria colectiva y la acción. Salen del teatro para trabajar involucrando al espectador en mecánicas en las que afloran sus miedos, esperanzas y recuerdos. Son experimentales y buscan generar fisuras en el arte y el espectador.
Finalmente, en un género más tradicional, está Manuel Mathar, quien parte de la pintura para hacer referencia al paisaje, el autorretrato o la naturaleza muerta, creando composiciones saturadas, tensas y con situaciones irónicas, haciendo pinturas que generan diálogos con la historia, sus alegorías y sus ironías.
Bajo la premisa de provocación, trastocamiento y subversión se unen los artistas que representan a México. En sus obras se puede ver no sólo lo que crean sino, también, lo que absorben del contexto económico, político y social que los rodea.
Esta bienal, al igual que cualquier otra, no sólo se trata de un evento cultural que sucede cada dos años en alguna ciudad secundaria de un país de gran influencia global, sino el resultado de una continuidad histórica y conexión discursiva. Sin embargo, lo que en esta bienal se ha perdido –en pos de la democracia- es el localismo que surge en cada ciudad que la alberga, como las obras de sitio específico y el crecimiento del turismo. Así mismo genera una barrera con el espectador, ya que todas las obras seleccionadas, sin importar su formato, se muestran como piezas bidimensionales, lo que limita la participación y la experiencia con la obra.
Pero más allá de eso, la Biennale Online es un proyecto valiente, pues tiene una propuesta seria y concisa en el universo digital. Cuauhtémoc Medina menciona entre las ventajas de este formato que “la posibilidad de que los cuartos de exhibición no sean fijos, sino variables, [y] que dependan de una serie de buscadores, hace que el evento sea muy distinto a una bienal tradicional”. Permite que el espectador se convierta en parte del proyecto ya que la página está constituida como una especie de red social. El participante puede dar follow a artistas y curadores, así como formar carpetas con sus obras favoritas, estableciendo un diálogo virtual y a la vez público por el formato que lo contiene.
La Biennale Online funciona y sugiere un espacio nuevo para mostrar el arte. Es una plataforma que innova y propone; pero sobretodo que se adapta a las necesidades de una era digital, mediática, veloz, y, también, efímera.
Reflection and Imagination constata que el mundo virtual es cada vez más real, pues en éste el acceso a la información llega de forma más fácil y más rápida.
Reflection and Imagination se presenta hasta el 15 de octubre.