Pintura por Jorge Sarquis Bello
Envíame a la muerte
para que se arrepienta de su audacia,
envíamela de nuevo.
Envíame más ironías
terribles y glaciales,
a media noche ya estarán prohibidas.
Envíame también a la justicia
que suministran todas esas leyes,
y así no valdrán nada.
Envía una desdicha, prohíbeme todo alimento
hasta que la fiebre domine mi cuerpo;
y al final no olvides que una mano
va para mi frente.